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QUISQUILLAS DE MOTRIL COCIDAS.

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¡¡ Tenemos cuatro dias….para ir, ver y volver !!  ¿Nos vamos a Cuba?

Málaga-Madrid-Madrid-La Habana y vuelta en cuatro días…menuda aventura que nos llevó hasta La Perla del Caribe por primera vez, era Mayo de 1999.

Y aunque parezca inaudito, les contaré que la visión de estos deliciosas, frescas y riquísimas quisquillas de nuestro Mar de Alborán me la recuerda. 
 


¿Y Vds. Se preguntaran qué relación tiene éstas quisquillas compradas en mi querido Mercado de Huelin malagueño con Cuba?....les cuento:

Más de doce horas de viaje no fueron óbices para nada más llegar pasear por el Malecón,  contemplar el atardecer mientras las olas rompían dulcemente en sus viejas piedras y  sentir en la piel el calor y el olor caribeño, al suave compás de un lejano son cubano e irnos a cenar al famosísimo Sala de Fiestas, Cabaret TROPICANA.

Uno de los más grandes y famosos centros nocturnos de Cuba y del mundo: el Cabaret Tropicana. Inaugurado en 1931 y descrito desde entonces como "Un Paraíso Bajo las Estrellas", rodeado por una exuberante vegetación, recrea la concepción del show de los años 50, con más de 200 bailarines en un escenario sencillamente sorprendente.

Aún no había amanecido cuando pedimos un táxi que nos recogería en la puerta del emblemático Hotel Tryp Habana Libre donde nos alojamos, rememorando el lugar de encuentro de famosas personalidades de los viejos años 50.   ¡¡ Pasaríamos el día, un dia, en Cayo Coco y ahí comenzó otra odisea !!.

Fue toda una peripecia llegar hasta la zona de embarque de los vuelos domésticos cubanos, subir a aquel pequeño avión bimotor y volar en aquellas circunstancias es cuando me hizo sentir el viaje al más puro estilo de Indiana Jones….


Pero valió la pena, los malos ratos del vuelo en sí....propio de una pelicula de aventuras.

Conocer el paraíso; porque el paraíso existe, una parte es Cayo Coco.  Una isla coralina unida a tierra firme por un vial de piedras de 17 kmts. sobre las turquesas aguas que la rodean.

Reservamos un bungalow para pasar el dia, en el Hotel Meliá Cayo Coco , ubicado en el Archipiélago Jardines del Rey, en Ciego de Ávila, entre una laguna costera natural y una hermosa, paradisiaca y  extensa franja de playa. 


Nuestra prioridad: bucear.   En una lancha rápida en media hora ya estábamos en la barrera de coral; ahí, en sus fondos contemplé personalmente, por primera vez en mi vida, esos impresionantes fondos marinos, un mundo fascinante, inmenso, una explosión de vida, de color, algo mágico.

A la vuelta el almuerzo fue a base de camarones a la plancha…..muy parecidos a las “quisquillas” malagueñas/granadinas/almerienses….éste es el lazo de mi larga historia. 
El restaurante, en primerisima linea de playa, al más puro estilo del Caribe, con un nombre muy marinero: La Picuda (así llaman a la barracuda)…..



De vuelta a La Habana, a la preciosa e histórica ciudad Patrimonio de la Humanidad y al día siguiente, dedicado a pasear por sus calles, lugares atrapados en el tiempo, con arquitecturas que abarcan cuatro siglos de estilos, una ecléctica mezcla de monumentos barrocos y neoclásicos…..y su gente, su música, sus mojitos…..indescriptible patear sus calles. 


Sitios como La Plaza de San Francisco, El Capitolio, La plaza de Armas, La Plaza Vieja,  La emblemática Plaza de la Revolución con la sempiterna imagen del Ché Guevara, El Castillo del Morro, su Catedral, La Catedral de San Cristóbal que fue descrita como un “conjunto de música en piedra”.

Y a pocos metros de distancia, unos pocos pasos….el antiguo refugio que hizo famoso Ernest Hemingway (al que por cierto le encantaba estar en Málaga), sinónimo de “Mojito”, sin dejar atrás el Floridita, el lugar del “Daiquiri” por excelencia en La Habana.  



Al día siguiente….bien temprano, fin de la maravillosa aventura y vuelta a Mi cocina.

Después de aquella aventura, mi marido y yo volvimos en dos ocasiones…una de ellas vinieron con nosotros mi suegra Paquita y mi hija Estefania….Varadero, Cayo Blanco....
La Perla del Caribe merece la pena ser descubierta.

Y es aquí, en Mi cocina, cuando escucho la música habanera, miro las quisquillas, ésas quisquillas que puedo preparar a la plancha, al estilo Cubano y sueño con volver.
   


Pero no las hago a la plancha, sencillamente las hago como siempre las he preparado, simplemente dándoles casi un hervor…..no pude, al ver la calidad de éstas quisquillas, llamadas tambien camarones en otras tierras hacerlas de otra manera, sino cocidas, como siempre.

Málaga tiene su forma de comer. Es la suya, la mía, es distinta, singular, con personalidad propia, ligera y libre, al aire, compartida, marina y mediterránea.  
Con una enraizada manera capitalina malacitana de comer, heredera directa de nuestros mayores, los marengos, de aquellos frutos de la madre-mar mediterránea, que ella nos ofrece generosa, exquisita y placentera… y por supuesto salerosa.

¿Cómo lo hago?

Echar en una cacerola abundante agua salada (deben probarla y que sepa al agua del mar) y una hoja de laurel, llevándola a ebullición.

Cuando comience a burbujear echar las quisquillas, cuando el agua empiece nuevamente a hervir mantenerlas un minuto….no necesita más.
Sacar con una espumadera y servir…..

En casa gustan recién cocidas…hay quien las prefiere tenerlas unas horas en el frigorífico y comerlas frias.   Cuestión de gustos.

YIYIS ( PASTELES DE HOJALDRE CON COCO)

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Fue Jorge Luis BORGES, el insigne escritor argentino quien dijo:  “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de Biblioteca”.

La naturaleza, los museos, las papelerías, mirar al mar, la mirada y la presencia siempre a mi vera de mi marido, las sonrisas de mis hijos, el sol, la brisa del mar, el canto de los pájaros, un paseo….son detalles, momentos que me producen calma y sosiego.  

Sentarme y leer un libro, tocarlos, hojearlos, aspirar su olor característico y su geometría perfecta, ofreciéndome historias, aventuras, pensamientos, motivos de conocimiento, de conversación, de sueños……

Me gusta, me relaja mirar mi biblioteca, esos libros ya leídos, puertas abiertas a otros mundos, a otros lugares…libros que acaricio y que cuido con esmero.

Aunque he de reconocer que algunos de mis libros, no están en mi biblioteca, no descansan en ése habitáculo, en mi preciada “caja de libros”; algunos sufren da tanto como los ojeo, huelen a los sabores y olores que se impregnan en Mi cocina….porque es allí, donde cada día los miro y los remiro, allí esperan impasibles que los acaricie, porque saben que son fuente inagotables de ideas, de imaginación, de recetas……

Por cierto ¿Sabían que lLa palabra Biblioteca proviene a su vez de 2 palabras de origen griego?  “Biblion”que significa libro o documento y “Teké”, que quiere decir caja. Así tenemos que literalmente significa "Caja de libros

Pero éstos YI-YIS….su receta, su significado etimológico, su origen no está en mis libros…..PINCHANDO EN  leer su historia….ésta es la primera vez que los hice y los publiqué en esta “cajita de recetas virtual que es mi blog”


 
Pero lógicamente, con el tiempo, con la experiencia…se van “retocando” pequeños detalles, aprendiendo e intentando hacer las cosas cada dia un poquito mejor; no son perfectos, pero ya me quedan casi, casi...como lo hacen en la pasteleria, por lo que me he permitido publicar nuevamente como los hago....

Eso sí, salgan estéticamente de una manera y otro éstos deliciosos Yiyis o Gigis de coco, son una tentación, realmente deliciosos, por lo que les animo a prepararlos…



Para hacerlos:

Tan fácil como……comprar una masa cuadrada de hojaldre (me gusta refrigerada, no congelada).

Extenderla sobre el papel de hornear que ya traen y echar en ella, por toda la superficie azúcar blanca y coco rallado (lo venden en cualquier super).

Doblar la masa por la mitad de forma que quede el azúcar y el coco dentro, darle la vuelta para que no se vea el doblez.....y ponerla sobre papel de hornear....

Cortar en trozos rectangulares con un cuchillo bien afilado (a mi me salen cuatro trozos por placa de hojaldre)

Darle dos cortes alargados paralelos por encima de cada porción y espolvorear nuevamente con coco y azúcar.

Hornear a 180º C (calentando el horno previamente) durante unos diez minutos, hasta que estén doraditos.

Rápido, fácil, deliciosos y dulces......

Sean felices éste fin de semana….disfruten de la vida, disfruten de la naturaleza, de un buen libro, de la familia, del mar….siempre la mar.

TARTAR DE ATUN ROJO

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Desde prácticamente toda la costa malagueña, en ésos días limpios y claros que nos regala los vientos de poniente y de “terrá”, con total nitidez podemos divisar perfectamente bien en el horizonte, algunos montes de la Cordillera del Rif(en África) y el Estrecho de Gibraltar. 

Y aunque parezca increíble, el escarpado Jebel Tarik, monte Tarik, como denominaron los árabes al Peñón de Gibraltar está a “un tiro de piedra” desde la costa malagueña.

Durante el segundo milenio antes de Cristo, los antiguos fenicios comenzaron a desplegar un activo comercio en las costas del Mediterráneo oriental. 

Unos siglos más tarde, sus barcos cargados de mercancías de muy diversas procedencias surcaban las aguas de toda la cuenca mediterránea y más allá del estrecho de Gibraltar.
Zona Fenicia, pintada de color naranja:


Los fenicios fueron el primero de los pueblos colonizadores históricos de la Peninsula Ibérica. 

De hecho los restos arqueológicos más antiguos descubiertos hasta la actualidad proceden de Malaka (Málaga) y Gadir(Cádiz).

Malaka, Gadir nombres de origen fenicio que como muchas otras palabras, costumbres y en definitiva cultura, hemos heredado de los llamados transportistas de la Antigüedad. Fenicia no era un país más bien una forma de ser y de hacer, que en gran medida quedaron enraizadas en nuesta cultura, en los origenes de gaditanos y malagueños.....

Los fenicios quedaron anclados en nuestra tierra….y en ella, en la cultura fenicia está el origen de la pesca, en sus barcos, en sus aparejos…..entre ellos la almadraba, la pesca del atún, cuyo origen se atribuye a los fenicios. 

De “la almadraba” ya en el asentamiento romano de Baelo Claudia, en la actual playa gaditana de Bolonia, hay vestigios de su antiguo aprovechamiento sobre todo en salazones, que se remonta a 3.000 años de antigüedad.


Cada año, al comenzar la primavera y hasta finalizar el verano, tiene lugar en las costas andaluzas uno de los mayores espectáculos que la naturaleza nos puede ofrecer.

El atún rojo gigante pasa el invierno alimentándose en las frías aguas del Atlántico Norte para, al llegar el mes de Marzo, emprender una espectacular migración de más de 2.500 millas rumbo a las cálidas aguas del Mediterráneo para reproducirse.

En grupos de cientos y miles, pasan por el filero (intercambio de aguas del Atlántico al Mediterráneo), en el mismísimo Estrecho de Gibraltar, se aproximan a las costas gaditanas aprovechando las fuertes corrientes marinas del Estrecho hasta alcanzar su destino.

Durante este viaje no comen, son puro instinto, y no se detienen ante nada...

Este hecho fue conocido por fenicios, siendo los romanos los que establecieron la mayor industria atunera de la época en la zona: Baelo Claudia.



¿Sabían que grupos de orcas hacen acto de presencia en la zona, muy cerca de costa, para dar caza y alimentarse de estos gigantes del mar?

En su camino de vuelta hacie el Atlántico, al finalizar el verano y con una imperiosa necesidad de alimentarse debido al esfuerzo reproductivo, el atún vuelve a enfrentarse a sus dos únicos y temidos depredadores: el hombre y la orca.

No sólo se pescan en unos días mediante almadrabas (principalmente en Conil, Barbate, Tarifa, Zahara de los Atunes y otras zonas limitrofes....) hay otras artes pesqueras utilizadas: el palangre e incluso el curricán….

Del atún rojo, el ibérico del mar, se aprovecha todo, su troceo necesita manos expertas y éste hecho se denomina “ronqueo”, es complicado por la gran dimensión del animal, pero hay auténticos especialista en los Gadir (Cádiz) y Malaka (Málaga)….y concretamente quien me deja admirada cada vez que veo la pericia y la maestría en el arte de “ronqueo”, es a Salvador….en su puesto del malagueño Mercado de Huelin. 



Es allí donde lo compro, donde desde primera hora de la mañana Salvador despieza un día un atún, otro día un hermosísimo pez espada….

Por cierto, en nuestros mercados encontramos diferentes tipo de atún y es que no todas las especies de la familia de los túnidos son igualmente apreciadas desde el punto de vista gastronómico.

Los más cotizados son el atún rojo y el atún blanco o bonito del norte.

El atún rojo es protagonista de la cocina japonesa y el que se captura en la almadraba gaditana, un arte de pesca milenaria y materia prima de la mojama.
El atún rojo, como su nombre indica tiene una carne rojiza y llega a pesar más de 200 kilos y medir hasta tres metros.  Se considera el 'pata negra el mar'por ser de máxima calidad y de total aprovechamiento

Atún claro. Se llama así a diversas especies de atún de calidad inferior al atún rojo. Es lo que capturan los atuneros congeladores que faenan generalmente en el Indico

El bonito del Norte, se pesca en aguas del golfo de Vizcaya en verano y es mucho más pequeño, aproximadamente un metro de longitud, con grandes aletas laterales, que por cierto también lo encontramos en el Mediterráneo, donde le llamamos Bonito a secas. Se puede confundir con el denominado Rabil, de carne menos delicada.

Con atún del malagueño mercado de Huelin, de Salvador…en ésta ocasión, al ver la calidad no me pude resistir y lo preparé al más puro estilo japonés: simplemente crudo.



Una deliciosa manera de comer atún fresco y disfrutar de cada minuto….¡¡ Les animo a ello, se sorprenderá de su textura, de su sabor…..!!
 
¿Cómo lo hice?

Ingredientes:
Atún fresco, cebolleta, sal,  salsa de soja, una yema de huevo y pasta de wasabi (se encuentra en cualquier supermercado o tienda oriental especializada).

Los pasos que sigo:

Cortar el atún en dados pequeños (las partes más oscura de la carne la dejo para otra receta, así cortados en trocitos pequeños, que publicaré en breve).    La forma o la textura al gusto de cada comensal, yo lo he cortado en pequeñas porciones, no picado del todo.

Cortar la cebolleta (o cebolla dulce fresca) en juliana, muy finita y dejarla en un cuenco con agua durante unos minutos para quitarle el sabor más fuerte.

Emplatar el tartar, colocar la cebolla y una yema de huevo encima, salar al gusto (teniendo en cuenta que va aderezado con salsa de soja y ésta es salada), regar con salsa de soja al gusto y servir con un poco de wasabi al lado.

¡¡ Buen provecho !!


Disfruten del Sur, de su sol, de su luz, de su alegría….del mar, siempre la mar….en Gadir y en Malaka….

 

ENSALADA TEMPLADA DE COGOLLOS CON ATUN FRESCO

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Primerísima hora de la mañana, un día cualquiera, el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo; rolaba el viento y en el horizonte divisaba los primeros “pañuelitos” que levantaba en la mar el viento de poniente.

Las olas rompían pausadamente en la orilla, sentía el olor salado del viento que soplaba desde el mar, sentada en la playa, en el mismo rebalaje, una cálida brisa acariciaba mi piel y el reconfortante sonido armónico de la espuma de lass olas rompiendo en el roqueo ponían música al momento.



Cabeceando contra las olas, en el horizonte, un barquito pesquero seguía su rumbo hacia el puerto, seguidos por una multitud de gaviotas cuyo graznidos rasgaban el aire mientras disputaban aglomeradas unas con otras, aglomeradas, luchando por comida…algún pez que saltaría atrapado entre las redes.  

Vuelan sin batir sus alas, se dejan llevar majestuosas, dejándose mecer suavemente por las corrientes de aire sobre las nubes, surfeando sobre ellas, vagaban en amplios y altos círculos.   

Algunas volvían hacia las rocas, a tierra firme, quizás cansadas o satisfechas; mientras, las horas pasaban lentamente, el tiempo transcurre despacio, como a cámara lenta; me parecía que se había quedado anclado en el amanecer de ésa mañana luminosa.

Mientras, escuchando el murmullo de la mar, ése rumor del ir y venir constante de la marea que aleja el agua de mi piel, dorada por el sol, curtida por el salitre de la mar….siempre la mar.   

Y de ése mar que tanto amo, de las costas malagueñas, ésos productos maravillosos que nos regala y que llegan a Mi cocina.  En ésta ocasión, una vez más el atún.



Como podrán observar quienes me visitan, ayer publiqué en el blog un tartar delicioso,  atún en crudo aliñado con un poco de salsa de soja y yema de huevo, con una textura y sabor realmente sorprendente, que preparé con estos filetes……pero con la parte más oscura, con los bordes…siempre hago ésta deliciosa ensalada templada.

Para ser sincera, he de decir que fue una de las primeras recetas publicadas en el blog….¡¡ me da vergüenza echar la vista atrás !!  el blog no había cumplido ni treinta días en la blogosfera, Mayo del 2009; pobre, paupérrimo el texto y no digamos la foto…(Éste es el enlace)

Así, que me decido “actualizar” la receta…..Mi deseo: que la prueben y la disfruten.



¿Cómo la hice?

Ingredientes:

Cogollos de lechuga y un limón de las Huertas del Guadalhorce, cinco o seis dientes de ajo muy picaditos, aceite de oliva virgen extra (uso actualmente sin filtrar, malagueño), atún cortado en taquitos y sal.

Los pasos a seguir:

Lavar bien los cogollos, secarlos y partirlos en cuatro trozos.

En una sartén con un buen chorreón de aceite de oliva freir los ajitos y el atún salando previamente. 

Dejarlos hacer, removiendo continuamente hasta que estén doraditos (con cuidado de que no se quemen los ajos, ya que amargarían).

Emplatar los cogollos, salarlos al gusto y echarles un buen chorreón de limón.

Sacar con una espumadera el atún junto con los ajos y colocarlos junto a las lechugas, derramando encima de ellas el aceite aún caliente….

 Consumir enseguida….aunque sea: templada....

LASAÑA DE PIMIENTOS "ASAOS" Y BOQUERONES EN VINAGRE (DANI GARCIA)

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Gracias a un gran historiador, escritor, arqueólogo, un malagueño apasionado y experto en la Prehistoria de la humanidad, Pedro Cantalejo Duarte, a quien admiramos y profesamos un cariño muy especial, mi marido, tiene su árbol genealógico totalmente documentado y fechado, remontándose su rama familiar a principios de 1.500 (Siglo XVI) y cuyos orígenes se encuentran en la provincia de Segovia. 
He de comentar que los lazos que une a mi marido con el prestigioso arqueólogo, son muy cercanos y estrechos: son primos hermanos. 

Los “Cantalejo”, llegaron a Málaga de la mano de los Reyes Católicos, como muchos castellanos, para repoblar Al Andalus. 

Después de la conquista, la “novísima Castilla” como denominaron a ésa nueva Andalucia, estaba habitada aún por mudéjares, judíos, por descendientes de los primeros cristianos andalusíes, musulmanes conversos, moriscos y por supuestos de aquellos cristianos repobladores castellanos.   

Aunque, en gran medida fueron muchos los andalusíes que quedaron en nuestra tierra y no se pueden borrar 800 años de historia, que quedaron anclados en nuestra cultura desde que en el año 711 d. de C. los árabes y beréberes llegaron a la Península Ibérica,  

Pero me alejo aún más en el tiempo. ¿Sabian que Málaga pertenece a las ciudades más antiguas del mundo? ¿Una de las siete ciudades más antiguas de Europa?.

No hay que olvidar que Málaga es un crisol de culturas con evidencias de la presencia humana más antigua de Europa, desde la prehistoria científicamente demostrada desde hace más de 40.000 años.    

Culturas como el pueblo de Tartesios, los fenicios, cartagineses, romanos, visigodos y árabes que influenciaron no solamente la forma de cultivar la tierra, las plantaciones, la cultura y costumbres, el idioma y el día a día de los pueblos, pero también la gastronomía, que se enriqueció con las influencias, gustos y costumbres de cada nueva cultura.

Yo, no tengo la suerte de la familia paterna de mi marido en cuanto a conocer fidedignamente sus origenes..…pero mi imaginación vuela en el tiempo, sigo siendo aquella “Antoñita, la fantástica” y me imagino, hasta casi convencerme de cuales son mis raices....

Las maternas, siempre en la mar, con el ojo de Orus en las jábegas, en las barcas a las que estuvieron unidos mis mayores….quiero pensar que mis orígenes son fenicios, que por ello me apasiona el mar, que en mis genes están los olores y sabores orientales:  comino, canela, pimienta, clavo, hierbabuena, ajonjolí, cilantro, albahaca…..

Por otro lado, están mis raíces paternas hincadas en la tierra, en el Valle del Guadalhorce, me convenzo a mi misma que estoy unida, que formo parte de aquellos hombres primitivos malagueños que estudia y tan generosamente divulga Pedro en sus libros.   En mi cocina, también hay grandes rasgos de los usos y costumbres prehistóricos malagueños, así lo descubrí…. (Lean ésta entrada sobre habas, garbanzos y chicharos)

En la Edad Media los musulmanes se habían extendido hasta los confines del entonces mundo conocido transmitiendo una nueva cultura, fruto de su propia aportación y de todo cuanto de positivo iban hallando y perfeccionando a su paso. Este sincretismo cultural de la comunidad musulmana los convirtió en la elite intelectual y artística de su tiempo, así como en lo referente a la cultura del "buen comer", que desarrollaron hasta límites extraordinarios, con su refinadísima cocina, y los deliciosos platos que aun conservamos entre nosotros.

Fervientes amantes de Andalucía, inquietos e inagotables viajeros, los árabes dominaron el sur de la Península y dejaron un importante legado en la cultura española y, por lo tanto, también en nuestra gastronomía, introduciendo especias, hierbas aromáticas e inclusive multitud de especies en cuanto a agricultura se refiere; consiguiéndose una gama de sabores desconocidos en aquella época y que dan fe de la refinada y exquisita gastronomía que se desarrolló en Al Andalus, que sin darme cuenta se reflejan a diario en Mi cocina, en la cocina de los malagueños.

En ésta ocasión y una vez más, son esos sabores de antaño los que refleja ésta receta donde prima y sobresale el comino, el orégano…



Una combinación de ingredientes y sabores basado en las tradicionales recetas malagueñas, que el gran chef malagueño Dani Garcia actualiza y moderniza, dándole la genialidad que le caracteriza:  “La lata de boquerones en vinagre como una lasaña rellena de ensaladilla de pimientos asados“ publicada en su libro, guia y referente en Mi cocina....
   




Uniendo el clásico pimiento “asao”, base de la famosa ensaladilla malagueña, con los boquerones en vinagre (o al natural), ha creado ésta receta…..



Yo la hubiese presentado tal cual…..





Él, un genio de la gastronomía, en su estupendo libro la presenta individualmente, suya es la idea, yo he intentado ponerla en práctica. 





¿Cómo lo hice? Siguiendo sus pasos….

Ingredientes:

Pimiento rojo asado y cortado en tiras, un diente de ajo, una cucharada pequeña de comino molido, una cucharadita de orégano, cuatro o cinco cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño, uso sin filtrar de la Axarquia), dos cucharadas soperas de vinagre de vino blanco, aceitunas “partías” y “aliñás” aloreñas (Dani usa en su receta aceitunas negras picaditas), un trozo de cebolleta (o la parte verde de una cebolla blanca dulce) muy picadita, huevo cocido (éste ingrediente Dani no lo usa…yo lo he incorporado), sal y boquerones en vinagre.

Preparar los boquerones con antelación….(En ESTE enlace encontrarán la receta)


Asar los pimientos:

Los pimientos se pueden preparar al horno o sobre una parrilla, sartén o como antiguamente directamente al fuego.

Personalmente, prefiero hacerlo al fuego con una parrilla de asar, porque la piel de los pimientos que es gruesa y dura se quema en la superficie, pero la carne del pimiento ni se quema ni se “chamusca”, pero queda perfumada con un olor a humo muy agradable.  De ésta forma pierden menos agua.   Sí hay que tener cuidado de que no se quemen demasiado, dándoles la vuelta continuamente procurando que todas las caras del pimiento estén en contacto con el fuego.

Una vez hechos pelarlos concienzudamente quitándoles todo lo negro y enjuagarlos bien debajo del grifo, dejarlos escurrir.  Cortarlo en tiras alargadas  y reservarlos.


En un mortero machacar haciendo una pasta:  ajo, comino y orégano.   Añadir el vinagre y el aceite.

En un cuenco echar los trozos de pimiento, salar al gusto y mezclar con el “majaillo” dejándolo macerar unos minutos.




Mientras cocer el huevo, pelarlo y picarlo en trozos muy pequeños.

Cortar la cebolleta y sacar los huesos de las aceitunas.

Montar la “lasaña” colocando pimientos, encima los boquerones, posteriormente la cebolleta, a continuación el huevo picado……  




  ¡¡ Una vez más: Gracias maestro !!    Gracias Chef, gracias Dani Garcia...  

ALBONDIGAS EN SALSA DE NARANJA Y CILANTRO

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Cuando el ayer está presente en el hoy se convierte en análisis exhaustivo de nosotros mismos, y cuando se considera parte del mañana significa superación.

Me encantan, sí ésa es la palabra, me encantan las películas costumbristas españolas, más aún las andaluzas,  aunque sean en blanco y negro; me gustan aquellas viejas peliculas en las que la verdadera protagonista son las estampas, las escenas de la vida cotidiana, la forma de hablar, de vestirse, me gusta poder ver las calles, las ciudades, los pueblos, los campos, las viejas costumbres, en definitiva revivir una época que no he vivido,  pero que mis mayores me contaban y describían, descubrir grandes historias de las pequeñas cosas de aquellos años de principios y mediados del pasado siglo.  

Me viene a la memoria una imagen de una de aquellas películas, dos niños, en una casa en el campo en algún lugar de Andalucía; él chaval, la visita cada tarde desde que la conoce y la madre de Alicia, que así se llama la niña, les da de merendar una naranja con un buen trozo de pan…..mientras él niño, le canta a la niña que es ciega con su naranja en la mano…ella le escucha emocionada y embelesada, con su merienda en las manos.

La película se llama “La saeta del Ruiseñor”, grabada en el año 1.956, fue la primera película de “Joselito”…..la trama, refleja la sociedad de la época, en la que el“ruiseñor”, el niño cantor, lidera aquí la "temible" banda del tirachinos.

Una pelea entre amigos, a pedradas, con sus “tirachinas”, tras la estrepitosa derrota en el épico "Combate de las cebollas" contra el Colo y sus secuaces se encontrará con aquella niña ciega, a quien dedicará todo su esfuerzo, amista y cariño, sobre todo, su talento para recaudar los fondos para que recupere la vista, pagando él la operación en el extranjero.

¡¡ Qué época aquella que merendábamos una naranja con un trozo de pan…..!!  Aún, hoy en día, cada vez que como naranjas de postre, es con trocitos de pan, como antaño.

Y es que en Málaga, las naranjas del Valle del Guadalhorce son exquisitas….

Para quienes no conocen Málaga, les contaré que la comarca del Valle del Guadalhorce se sitúa en el centro-sur de la provincia malagueña, y supone el puente entre el interior de la provincia y la Costa del Sol, lo que hace de su situación geográfica un verdadero privilegio.

El río Guadalhorce que le da nombre, vértebra el territorio malagueño y después de recoger las aguas de la comarca de Antequera y cruzar la cordillera por el Desfiladero de los Gaitanes, se hace adulto y forma su propio valle. 



Y es allí donde unido a su principal afluente, el Río Grande y al rio Fahala, crea el más rico de los suelos malagueños.

Un valle que es al mismo tiempo camino y corredor fértil de huertas y gentes, y anfiteatro de sierras que aportan sus aguas, su cobijo y su paisaje.

Huertas salpicadas de casas de labranza y caseríos, huertas que cubren el fondo del valle y trepan en acequias por cabeceros y pequeñas colinas. Huertas, en fin, de un paisaje vivo que lucha entre el ser y el haber sido.
 
Entre las montañas se encuentran los pueblos de Alhaurín el Grande, Almogía, Álora, Cártama, Coín, Pizarray Valle de Abdalajís…parte de Alhaurin de la Torre (Mi familia paterna tiene sus origenes en Alhaurin el Grande y el "alhaurinejo") y de la capital malagueña, concretamente el distrito de Churriana.

La actividad agrícola ha sido durante muchos años el sustento económico de la comarca del Valle del Guadalhorce. Las buenas condiciones climáticas, la abundancia de agua, así como la proximidad a la ciudad de Málaga, contribuyen a a sus ricas huertas (AQUI más información).

El río Guadalhorce, el más largo y caudaloso de la provincia malagueña, conformó un espacio para los primeros pobladores y su conexión con el Mar Mediterráneo supuso una gran vía de comunicación que puso en contacto con diversas culturas que se asentaron en nuestras tierras.  

Varias civilizaciones como los fenicios, griegos, romanos, visigodos, árabes… dejaron su huella y ejercieron una influencia decisiva en la relación entre el ser humano y el agua.

De entre todas, la cultura árabeadquirió una gran dimensión debido a su dilatación en el tiempo y a su influjo en la formación de la cultura histórica del agua de nuestro territorio. La actividad más representativa de los musulmanes fue el desarrollo de la agricultura de regadío.

El Valle del Guadalhorce es bien conocido desde antaño como el Valle del Azahar por sus inmensas huertas de cítricos a lo largo de toda la vega del río Guadalhorce y sus afluentes.


El cultivo de los cítricos, conocido desde la Edad Media en el Valle del Guadalhorce adquirió una importancia vital en la comarca durante la época Contemporánea; cítricos como el limón dulce, del que apenas quedarán unos pocos árboles en el mundo, el limón real, la naranja de oro o  mandarina la castellana son autóctonas del Valle del Guadalhorce.

Es indudable que sin el impulso dado a la agricultura durante este periodo sería imposible imaginar las grandes extensiones de naranjos y limoneros de Álora, Pizarra, Cártama, Alhaurín el Grande o Coín.

Y son con las deliciosas naranjas malagueñas, las “guachintonas” o las dulces, las que desde que tengo uso de razón conozco y que llegaban a la cocina de mis mayores….


Con naranjas malagueñas, de las Huertas del Guadalhorce, he preparado ésta receta.



¿Cómo la hice?

Hacer las albóndigas:

En un bol poner carne picada (mezcla de ternera y cerdo), dos ajos y un trozo de cebolla blanca dulce muy picaditos, un vaso de leche, dos huevos, sal al gusto, perejil picado y una rebanada de pan; mezclar todo muy bien (aconsejo amasar con las manos) procurando que quede homogénea.
Hacer las albóndigas y pasarlas por harina.

Freir en aceite de oliva, que estén doraditas y tomen color por todas partes.



Colocarlas sobre papel absorvente a fin de que escurran el aceite y reservar.



Mientras preparar la salsa:

En una cacerolita echar un buen chorreón de aceite de oliva virgen y freir a fuego lento un puerro, una cebolla mediana blanca y dos dientes de ajo, todo ello picadito y salando previamente.

Remover de ven en cuando, procurando que no se queme.  Cuando estén bien pochado el refrito añadir, medio vaso de vino blanco y medio de agua dejando cocer y reducir durante unos diez minutos.

Pasar la salsa por la minipimer, probar de sal y añadir las albóndigas, unos granos de pimienta negra y una hoja de laurel; dejarlas hervir un minuto y retirar del fuego.

Agregar el zumo de dos naranjas, ,remover, picar cilantro fresco (que le dará un toque oriental y fresco) y servir.

Acompañar con patatas fritas o arroz cocido.

La idea de añadir naranja a la salsa es de Mou…¿Qué no conocen su fantástico blog?....Por favor, no se lo pierdan…

Y recuerden…disfruten de Málaga…de su sol, su luz, sus ríos, sus valles…su mar, el mar, siempre la mar.

MALAGA FOOD & WINE FESTIVAL

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Malaga Food & Wine….. Málaga Comida y Vino. ¿Qué ha sido y qué és...(AQUI encontrarán más información),   una gran iniciativa para divulgar nuestra gastronomía, la cultura gastronómica malagueña.

La gastronomía también es cultura y como tal, hoy en día, hay que promocionarla. 

Andalucía es uno de los destinos más demandados, turísticamente hablando, a nivel internacional, sobre todo en Europa y  como pionera indiscutible, La Costa del Sol, la provincia malagueña ha sido y es uno de los pioneros de ésta gran industria….

La idea preconcebida de Málaga y su provincia es que es un destino de Sol y playa, donde gastronómicamente hablando, la imagen que generalmente se ha dado de ella es de “pescaitos” y los clásicos espetos de sardinas…y hasta hace pocos años, no existía, ni se daba a conocer el turismo cultural, el rico patrimonio histórico (No hay que olvidar de que Málaga es una de las ciudades más antiguas del mundo).

Esa imagen de Málaga, poco a poco va cambiando, se va dando a conocer que existe una amplia gama de motivos para visitar nuestra provincia: museos, monumentos, lugares históricos, folklores, mar y también montaña….y la gastronomía; muy particularmente la tradicional autóctona, la clásica, la de toda la vida y las nuevas tendencias.

Y como parte de la divulgación de la gastronomía malagueña como base de nuestra cultura proyectada no sólo para los malagueños, sino proyectado hacia quienes no conocen o visitan nuestra querida Málaga, nace Málaga Food & Wine…..vamos: Málaga Comida y Vino….

Un evento que ha celebrado su primera edición en nuestra tierra, durante los días 23 del pasado mes de Mayo al pasado Domingo.

Diez intensos días cargados de la mejor gastronomía con talleres de cocina, debates gastronómicos, sesiones de cine gastronómico, showcooking  (cocina en directo) con grandes y prestigiosos cocineros algunos de ellos con Estrellas Michelín, catas, degustaciones, música en directo, creaciones culinarias, un ambiente espectacular... dando a conocer los productos locales con “Sabor a Málaga”.



Para mí, personalmente fue un placer conocer y visitar un producto que no puede faltar en Mi cocina: Aceitunas Roldan (Les dejo el enlace a su web), donde Carmen me atendió con especial cariño y desde éstas líneas quiero felicitarles por distribuir ésas “aceitunas aliñás aloreñas” (de otros de sus productos hablaré próximamente)
 


O probar ésa cerveza, malagueña y exquisita…..de caña de azúcar…una exquisitez ¡¡ Ya era hora !!.


Durante los tres últimos días, el broche de oro tuvo lugar en el Palacio de Ferias y Congresos de la capital malagueña, donde han participado no sólo productores malagueños y andaluces, ofreciendo los productos de la tierra, sino que han estado presentes restauradores que han ofrecido platos únicos algunos, otros clásicos e innovadores elaborados con productos de la gastronomía andaluza y  por supuesto, malagueña.     

Restaurantes de la de Arte de Cozina, Bodega El Tostón, El Pimpi, El Palmeral, el Hotel-Restaurante Cortijo La Reina, Manducare, Óleo, el Restaurante Amador-Hotel Villa Guadalupe, el Club de Golf El Candado, el Restaurante Casa Paco, La Ventilla, Sauce de Vito y Taberna del Alabardero. 

Una de las “tapas” que pude degustar, me encantó, concretamente un arroz caldoso de calamar con su tinta, de la Taberna del Alabardero, que al día siguiente yo puse en práctica en Mi cocina (con jibia y langostinos…en breve subiré la receta)....mientras le dejo la foto de mi plato, hecho en Mi cocina:


El certamen no sólo tenía un área de muestra de alimentos y bebidas (foods & wines), que podían ser comprados y degustados, sino que han efectuado demostraciones de cocina en directo a cargo de cocineros de reconocido prestigio.   

Grandes cocineros han pasado por éste evento, dejando el sabor y el buen hacer de sus cocinas, sus recetas y su arte, porque es arte la gastronomía.

En total han sido 15 grandes maestros, reconocidos y conocidos profesionales, entre ellos siete Estrellas Michelin.   Grandes "Chefs" como Adolfo Jaime, Antonio Carlos Saura, Cati Schiff, Celia Jiménez, Charo Carmona, Dani García, Diego del Río, Diego Gallegos, José Álvarez, José Carlos García, Juan Carlos Trujillo, Juan Piña, Kisko García, Lola Bernabé (Loletta), Manu Balanzino,Rui Junior y Xanty Elías.
Sin dejar atrás el taller de cocina infantil “Garden Party” (Fiesta de/o en el jardín).

Por motivos personales, difícil y larguísimo de explicar en el blog, sólo pude asistir el pasado Sábado día 31 y de forma alternativa (entrando y saliendo) pero procurando no perderme “puntá” (detalle) como decimos los malagueños de dos grandes cocineros malagueños.

Sobre todo de mi admirado Dani Garcia…. Y ahí estoy yo, a la derecha en primera fila, a mi lado, mi marido....




¡¡ Que es un gran maestro, un gran embajador malagueño, buena gente….y un genio de la cocina!!

Dicen que las personas inteligentes nacen y que los genios se hacen….y Dani Garcia se crece; su último logro, sus dos nuevos restaurantes: Bibo y Dani Garcia Restaurante, del que ya les hablé no hace mucho.

En su ponencia, nos cautivó una vez más contándonos su sueño, demostrando su buen hacer, nos hizo avanzar por el cuento y el menú de Dani Garcia Restaurante…y sin darnos cuenta, hizo sentir a la audiencia que nos adentrábamos en el Pais de las Maravillas…y es que me maravillo con sus recetas.    
Y desde éstas líneas, quiero apoyar su lucha por un lugar muy cercano también a mi entorno: “La Cónsula”.

Presentó cinco increíbles platos de su menú “Once Upon A Time”, entre ellos: 

 
¡¡ Increibles !! ....llama la atención sus creaciones, sus recetas, sus presentaciones...¿Se han fijado en el "croché"?...

Por la tarde, volví exprofeso a ver y disfrutar de la ponencia de éste también joven y malagueño cocinero, el chef Jose Carlos Garcia.    

Haciendo referencia al refranero español, he de decir de él: De casta le viene al galgo.  

Y es que JCGarcia siguió los pasos de sus padres, primeramente trabajando du­ro en el negocio familiar, el Restaurante Café de París, (y por cierto, también estudió igual que Dani en La Cónsula), donde José Carlos consigue para su ya prestigioso Café de París, en la navidad 2001 (guía 2002), la primera estrella Michelin de la historia de la capital de Málaga (No hay que olvidar que Dani Garcia está en Marbella).

Jose Carlos Garcia, abre su propio Restaurante, conservando su estrella Michelin, en el Puerto de Málaga, Muelle Uno, donde emplea sabiamente tradición y creatividad, sin dejar atrás los productos y sabores de nuestra tierra. (ESTE ENLACE les lleva virtualmente hasta él)

Presentó varios platos de su menú llamado “ Veinte bocados”…y ahi estaba yo, tambien sentada en primera fila, con la "boca abierta", embobada viendo y escuchando a JC.Garcia.



Veinte deliciosos bocados malagueños, nacidos de la memoria con técnicas de hoy como un sorprendente “mollete”, unos conos de almendra y una sorprendente concha fina….¡¡ espectacular !!


Aprovecho la oportunidad de que hablo de él, para recordar que durante más de dos décadas, si tenía que invitar a clientes o proveedores, tanto nacionales como extranjeros y tenía que quedar mi empresa muy, pero que muy bien, el lugar elegido era: Café de París.

Aún, hoy, no he podido visitar Muelle Uno…y puse empeño, quizás demasiado…Desde aquí quiero disculpar a quienes siguen “Mi cocina”, por mi pesadez en las redes sociales (sobre todo en twitter) indicando junto con las recetas #envidiacocina, ya que era un concurso del principal diario malagueño para poder asistir a una cena en dicho restaurante….no tuve suerte, a pesar de mi tenacidad.

También confesar que me da cierto “apuro” y no me acerqué a él y hacerme la clásica foto con éste gran cocinero al que sigo y admiro. ¡¡ Cualquiera le decía: soy la pesada de envidiacocina !!....

Por lo que con permiso de mi querida amiga Loleta, publico su foto con JC Garcia.



¿Qué no conocen a Loleta?... 

He de decir que tiene un blog fantástico (ESTE es el enlace, AQUI la descubrirán) sencillamente buenísimo, que cocina increíblemente bien, que es una bellísima persona ( sin ella, sin su información y su ayuda no hubiese podido disfrutar en primerísima fila de éste evento) y que no solo se merece mi agradecimiento, sino también mi admiración… ella también tuvo su merecidísimo momento de gloria en Food & Wine (lástima que no pude asistir) ya que fue el viernes por la tarde.

Lo denominó "Sweet Dreams: La pasteleria de mis sueños", y que por supueto los espectadores pudieron ver sus “sueños” hechos pasteles como éste delicioso postre:
pain perdu de con cerezas de temporada y pistacho



Y no puedo dejar atrás a otro gran cocinero y sumiller malagueño, con Sabor a Málaga: Manuel Balanzino, quien en su show cooking también deleitó a la concurrencia….“Un viaje a la dehesa, el jamón ibérico". 



Todo un festival gastronómico, que pudimos disfrutar de catas, showcookings, música en directo, talleres de cocina, degustación e información de productos y que esperamos que el próximo año crezca aún más por Málaga, por nuestra tierra…por nuestra gastronomía.

Gracias a Málaga Food & Wine y a Sabor a Málaga por hacerme partícipe de éste evento como bloguera con el distintivo "Sabor a Málaga". 

JALEA DE NARANJA CON CÁSCARA DE LIMON CONFITADA Y GELATINA DE VINO MOSCATEL MALAGUEÑO

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Un cielo azul con algodonosas nubles blancas, hermosas, majestuosas presagiaban el pasado Sábado lluvia en la capital malagueña.  

Ésa lluvia de verano, inusual llegó durante la noche, primero los relámpagos, luego el trueno: comienza a llover, oigo el sonido del agua, persistente, fuerte, cae como cascada, bulliciosa, cargada de buenos presagios, a veces demasiado fuerte apagando el suave tic tac de un reloj….  


Amanece y el cielo malagueño está encapotado, gris plomizo, regalando un brillo y color a la mar, un elegante gris marengo.  
El día nos recuerda el viejo refrán: ¡¡ hasta el cuarenta de Mayo no te quites el zayo...y si vuelve a llover, te lo vuelves a poner !!




Llueve durante toda la mañana y es una lluvia dulce, suave; una lluvia de verano que rompe el silencio al pasar, regalando paz y tranquilidad, desprendiendo ése maravilloso olor a tierra mojada, a petricor (es el nombre que recibe el olor de la lluvia en suelos secos)….el olor de los dioses del Olimpo.


Por cierto, petricor proviene del griego petros, 'piedra', e ikhôr, 'componente etéreo'. En la mitología griega se dice que el ikhôr es la esencia que corre por las venas de lo dioses en lugar de sangre.


Sigue lloviendo, como toda la noche, me asomo a la ventana, la lluvia una vez más cae con fuerza, miro al frente y los rayos dibujan una luminosa línea en el cielo, ruge el trueno y callan los pájaros su piar mientras se resguardan de las persistentes gotas de agua en los poyetes de mis ventanas, dándoles quizás la bienvenida ….   


Me animo a salir al porche, a aspirar el olor de la lluvia, a escuchar el murmullo del agua que cae dulce, suave, mansa por momentos; gotas de agua que son una caricia para mis plantas; delicadas lágrimas, finas, limpias y cariñosas, que riegan mis geranios y los primeros jazmines convirtiendo mis flores en peces de colores de un gran acuario: mi patio.


La lluvia golpea suavemente, el día amaneció gris éste pasado domingo, ideal para estar en casa, escuchar una música, ojear un buen libro de cocina, para con él inspirarse y animada preparar una de sus recetas, lógicamente en Mi cocina….




Me aventuré a preparar éste delicioso postre del libro “Maestros de la cocina europea” de Ullmann (más de seiscientas páginas llenas de increíbles recetas, que no debe faltar en una biblioteca de libros de cocina).




¿Cómo lo hice?


Ingredientes: 


El zumo de dos naranjas y la ralladura de la piel de un limón (lógicamente los compro asegurándome de que sean malagueños, del Valle del Guadalhorce), 50 grmos de azúcar, dos hojas de gelatina neutra, 100 gramos de azúcar, dos vasos de agua, hierbabuena y gelatina de vino dulce moscatel Victoria nº 2 (en éste enlace podrán descubrirla). 


Los pasos a seguir:


Enjuagar la cáscara y ralladura del limón en agua fría, cambiando el agua varias veces, durante unos cinco minutos aproximadamente. Reservar.


En un cazo a fuego lento llevar a ebullición el zumo de las dos naranjas junto con cincuenta gramos de azúcar, removiendo durante unos veinte minutos.


Diluir la gelatina en agua fría, siguiendo las instrucciones del fabricante, escurrirla bien y añadir la gelatina al zumo de naranja, removiendo a fin de que quede bien disuelta.


Echar el zumo en un cuenco dándole al líquido la altura deseada y dejarlo cuajar en el frigorífico.


Mientras en una cacerolita echar el azúcar restante junto con los dos vasos de agua remover y agregar las ralladuras de limón, dejándolo cocer durante una media hora aproximadamente, hasta que reduzca el líquido totalmente, procurando que no se endurezca ni se queme. (Si es preciso ir añadiendo más agua poco a poco).   Apartar y dejar enfriar.


A la hora de servir, cortar la gelatina de naranja con la forma que deseen (hice formas redondeadas, como si fuesen pequeños soles al atardecer), colocar al lado la confitura de limón y la gelatina de vino moscatel…adornar con ramita de hierbabuena….


Cuando llevas el sol por dentro, no importa si afuera llueve…porque el sol está en Mi cocina.


Importancia a lo importante.

CARACOLES A LA MALAGUEÑA EN SALSA DE ALMENDRAS PICANTE

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Sal, sal caracol Caracol, col, col, saca los cuernos al sol, que tu padre y tu madre también los sacó.

¿Qué nunca han tenido un caracol en sus manos y le han cantado ésta canción esperando que salga de su concha…?  Yo aún lo hago…créanme.

Cada día, de vuelta a casa por el mismo camino voy pendiente de las maravillosas vistas de la Bahía de Málaga, pendiente de las ramas de los árboles donde escucho a jilgueros, gorriones y algún que otro grupo de periquitos, me fijo en las margaritas y vinagretas que crecen alrededor, voy pendiente de cada detalle que me regala la naturaleza que lucha por sobrevivir entre urbanizaciones, césped y piscinas….

Ando procurando no pisar hormigas ni mucho menos a los caracoles que están diseminados por las tranquilas aceras; caracoles vacíos muchos de ellos, cáscaras abandonadas o quizás resguardados de la intemperie o dormidos, aletargados.

¡¡¡ Uno, dos, tres…..cuantos caracoles !!! Igual éste último día de lluvia, les animó a salir a disfrutar de la humedad y arrastrando su pesada carga, su casa, se quedaron a la mitad del camino, entre los verdes terrenos llenos también de flores y las losetas del acerado…

Si esto me hubiese ocurrido cincuenta años atrás, no se me hubiesen quedado las ganas de recogerlos y los pobres habrían acabado en una caja de cartón, con la tapa agujereada, entre hojas de lechuga.    ¡¡ 

Como éste pobrecito, que llegó a Mi cocina, en las tiernas hojas de una lechuga malagueña (es una especie autóctona que se da en nuestra provincia) !! 



O quizás, si estaban abandonados, pintar las cáscaras de colores….o por qué no, si aún dormitaba dentro, cantarles la canción, ponerles al sol y haciéndolos salir jugar con ellos, a ver qué caracol llegaba a la menta….¡¡ carreras de caracoles !!

Los pobres caracoles, juguetes y victimas favoritos de la chiquillería de antaño; protagonista de juegos infantiles, también víctima del paladar.   

El lento y delicado caracol, engordándose en las huertas, vegetando (nunca mejor dicho, se alimenta de vegetales) a la espera del chaparrón vivificante entre tierra y pedregales; ése molusco de tierra que se recogen por los campos malagueños los días lluviosos y encapotados, para que después de ser purgados, sea el deleite de comensales…sobre todo en el interior de la provincia malagueña.     

Y es en  En Riogordo, un pequeño municipio habitado por unas 2600 personas y ubicado en la comarca de la Axarquía (Costa del Sol), a unos 40 kilómetros de la capital malagueña, se celebra cada año (ya van 14 ediciones) el Día del Caracol, declarada Fiesta de interés singular de la provincia.

En esta fiesta, que ocupa todo un fin de semana, y que tiene incluso su propio pregón y su entrega de premios (el caracol de oro) se realiza una degustación de 350 kilogramos de caracoles en caldillo típico de este municipio, cuyo secreto está en la forma de elaboración, con abundantes especias y condimentos para que cojan sabor, entre los que no faltan la matalauva, cáscara de naranja seca, cerecilla, pimienta negra y anís en grano, hierbabuena, laurel, tomillo en rama, guindilla y sal….

pero así, lo prepararé en otra ocasión, hoy he seguido los deseos de mis suegros, con la salsa de almendra y jamón serrano…sus deseos son para mi algo importante
 
Los he preparado con todo mi cariño, para ellos, después de que me comentaran que como cada Domingo, salieron al centro de la capital malagueña hace unos dias y pidieron caracoles en un restaurante…no les gustó en absoluto.   
¿Quién se resiste a hacérselos?....comentario dicho, caracoles hechos……



¿Cómo? Siguiendo la receta tradicional de mis mayores, como lo hacía mi madre….

Ingredientes:

Medio kilo de caracoles (en ésta ocasión los he comprado ya bien limpios y precocidos, congelados, se pueden encontrar en cualquier supermercado), una ramita de hierbabuena, una ramita de perejil, una hoja de laurel, una carterilla de colorante alimentario (tal y como usaba mi madre, el Aeroplano), medio vaso de vino blanco (usé un fino Montilla-Moriles), una cucharadita pequeña de comino, cinco o seis granos de pimienta negra, una cucharada pequeña de pimiento molido, tres o cuatro pimientos chiles pequeños (guindillas pequeñas, la cantidad al gusto, más o menos como lo prefieran de picante), una cebolla pequeña blanca, un tomate mediano (maduro y rallado),  tres dientes de ajo (peladas), diez o doce almendras, una rebanada de pan, jamón serrano picado en trozos muy pequeños, dos vasos de agua, sal, aceite de oliva virgen extra (usando actualmente sin filtrar de Riogordo…uno de mis aceites preferidos).

Los pasos a seguir:

Si los caracoles los compran vivos (se suele encontrar, aunque no siempre, en el Mercado Central de Atarazanas o en el de Huelin), hay que "purgarlos" para lo que deben seguir éstos pasos:

Se dejan los caracoles que ayunen un día entero con pan rallado o harina (el hombre que vende los caracoles en la puerta del Mercado Central de Málaga, dice que él les echa pan rallado porque les arrastra más lo que tienen que echar).

Luego del ayuno se enjuagan muchas veces en agua con un puñado de sal y un buen chorreón de vinagre para que echen las babas y se vuelven a enjuagar varias veces y luego sacudirlos uno a uno para que echen el resto y un buen enjuague final.

Se ponen los caracoles en una cacerola bien grande con agua fría y cuando empiece a hervir unos minutos y ya estén todos los caracoles al exterior, tirar ese agua y volver a hervirlos y volver a tirar el agua. Ya en el tercer agua comenzar a condimentarlos con todos los ingredientes.

Pero en ésta ocasión, prioritariamente por mi comodidad, sólo he tenido que sacarlos del empaquetado, dejarlos descongelar a temperatura ambiente y enjuagarlos en agua fría, varias veces.
Mientras:

En una cacerola con un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra pochar a fuego lento la cebolla muy picadita; cuando ablande, añadir el tomate rallado y el perejil picadito; dejarlo hacer unos minutos.  

Cuando esté el refrito listo, retirar del fuego y agregar el comino, el pimentón, los granos de pimienta, el jamón serrano y el laurel removiendo todo el conjunto. Reservar.

En una sartén con medio vasito de aceite de oliva freir las almendras (con su piel) junto con los dientes de ajos procurando que no se quemen, retirarlas con una espumadera y en el mismo aceite, freir la rebanada de pan.

En el vaso de la batidora echar las almendras, el pan, el vino blanco y dos vasitos de agua, a máxima potencia procurando que queden los ingredientes bien pasados, muy fino.

Añadir la salsa resultante a la cacerola, agregando los caracoles, la hoja de laurel, la hierbabuena, el colorante alimentario y los pimientitos chiles, salar al gusto y llevar a ebullición, dejándolos cocer aproximadamente una media hora.   Si es necesario añadir agua, hasta conseguir la textura de la salsa deseada.   

Servir en cuencos con palillos de madera para sacar los caracoles





con un buen vinito de Málaga, de las  Bodegas Jorge Ordoñez bien frio, como un blanco naturalmente dulce, dorado, pálido, intenso….procedente de viñedos de 40 años de antigüedad, de las montañas de la Axarquia malagueña.


Recuerden el dicho: A caracoles picantes, vino abundante…

Y que llueva, que llueva, la Virgen de las Cuevas….

PANNA COTTA CON CULI DE CEREZAS DE ALFARNATE

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Una vez más mi libro “Maestros de la cocina europea” fue mi guía y me ayudó a recordar los pasos y a preparar éste popular, delicioso y tradicional postre italiano, de la región del Piamonte concretamente; su nombre: “Panna Cotta”.


El nombre, se traduce como “crema o nata cocida”; me imagino que sabrán que se prepara con nata, leche, azúcar, vainilla y gelatina; que tiene una consistencia cremosa, muy parecida al flan, super fácil de preparar y absolutamente deliciosa. 


Un postre que se suele adornar principalmente con mermeladas de frutas rojas: aunque vuela mi imaginación y he de confesar que tengo que probarlo con chocolate, kiwi, o por ejemplo con mermeladas (aún me queda una pequeña cantidad de la que me preparó y regaló mi querida Guisadora Duncanhecha con higos de la reina), e incluso con miel de caña de la Axarquia malagueña.


Pero en ésta ocasión, no me he podido resistir en acompañar la blanca panna cotta con un coulis de cerezas del llamado “Paraiso de las cerezas” en Málaga, el precioso pueblo llamado Alfarnate (pinchen éste enlace) 




La tranquila localidad de Alfarnate es el municipio más interior de la Axarquia y se halla en los comienzos de las faldas de la Sierra Tejeda y en su límite con la llanura de Antequera.


Situada a 925 metros de altitud sobre el nivel del mar y abrigada por las Sierras de Enmedio, Camarolos y El Jobo, es el pueblo malagueño situado a una mayor altitud estando enclavado en el Valle de los denominados Pirineos de la Axarquía.


En medio de estas sierras de considerable altura, Alfarnate goza de un hermoso valle a más de 900 metros que hace de éste uno de los más raros ejemplos de pueblos de montaña en Andalucía; convirtiéndose en los últimos años, y gracias a la creciente implantación de tierras de cultivo con cerezos, en un auténtico “Valle del Jerte Malagueño”.

De interés cultural es su ya famosa fiesta dedicada a tan deliciosa fruta....



Y sinceramente, no es pasión: ¡¡ Hasta el nombre lo tiene bonito !!...Alfarnate; palabra de origen árabe, formado a partir de “Al-farnat” que significa “Molino de harina”; ello es debido a los molinos de agua que servían para moler los cereales de las zonas circundantes a los arroyos que baña y nutren sus tierras: Palancar y Morales. 


De hecho, Alfarnate, entra en la historia escrita sobre el año 1.000, en una referencia a la producción harinera a manos de los árabes; aunque se historia se remonta, tanto el término como el asentamiento de actual Alfarnate a la Prehistoria.


Lugar de paso obligado entre el interior y la costa, en el antiguo Camino Real camino de caballerías,  que comunicaba la ciudad de Málaga con la de Granada (hoy carretera local); está situada la Venta y hoy en día también Museo: La Venta de Alfarnate.


Es la más antigua de Andalucia, de las que todavía quedan en pie, situada al pie del pico del Chamizo, y al abrigo entre rocosas sierras, datada del siglo XIII, venta con leyendas e historias,  mudo testigo de la historia de personajes famosos e históricos no sólo malagueños.  Entre ellas las de famosos bandoleros…refugio de sus correrías, de las que quedan restos, entre ellos de los famosos Luis Candelas y José María “el Tempranillo   Una verdadera joya del patrimonio andaluz.


Quizás por ello el nombre del pueblo “Alfarnate”, se le quiere identificar con el adjetivo antiguo de “alfarnate” que significa pillo o bribón……sea cual fuese el origen del nombre, merece la pena conocerlo, visitarlo, disfrutar de su Sierra, sus valles, su gastronomía, sus cerezas……

Con las que pueden preparar igualmente el entrante de una buena comida, por los que les recuerdo ésta receta publicada hace tiempo "Gazpacho de cerezas " (En éste enlace)   




Con ellas, preparé un delicioso coulí y adorné ésta delicia de panna cotta.

Del francés "Couler" (verter)
Un coulis (pronunciado cu-lí) es un jugo concentrado obtenido filtrando un puré de verduras o frutas con un colador fino.

¿Cómo lo hice?


Ingredientes:


Para cuatro unidades de panna cotta: Un vaso de leche entera, un vaso de nata (usé especial para montar con 35% m.g.), una cucharada pequeña de esencia de vainilla, cuatro cucharadas soperas de azúcar, cuatro hojas de gelatina neutra.


Para el coulis de cerezas: 

Cerezas bien maduras, una cucharada sopera de zumo de limón, dos o tres cucharadas soperas de azúcar y un vaso de agua.


Los pasos que seguí:


Lavar y retirar el hueso de las cerezas.


Diluir el azúcar y el zumo de limón en el agua, echarla en una cacerolita, agregar las cerezas yy llevar a ebullición a fuego lento.


Cocer las cerezas hasta que estén blanditas, aproximadamente unos quince minutos; si es necesario añadir un poco más de agua.


Retirar del fuego. Si la desean fina batir las cerezas cocidas en la batidora hasta que quede una mezcla homogénea, pasarla por un colador a fin de que no queden trocitos de piel.   
Personalmente he preferido dejar los trocitos.
Dejar enfriar.


Preparar la panna cotta:


En una cacerola echar la nata, la leche, el azúcar y la esencia de vainilla, removiendo bien todo el conjunto para que el azúcar se disuelva y cocinar hasta que empiece a hervir.


Echar la gelatina en agua a fin de que se hidrate, siguiendo las instrucciones del fabricante (dependiendo de la marca, unos cuatro o cinco minutos). 


Sacar la gelatina escurriéndola bien e incorporarla en la mezcla aún caliente de la leche y nata, revolviendo bien con  unas varillas.


Verter la mezcla en moldes o copas, dejándola enfriar.




Una vez fría, pasarla al frigorífico y dejarla por lo menos cuatro o cinco horas antes de consumirla.


Para servir: poner el coulis en el plato, desmoldar la panna cotta, adornar con cerezas frescas y una ramita de hierbabuena….

Hoy, el ingrediente principal las cerezas malagueñas, también son las protagonistas de éste cuadro, pintado por un gran pintor: mi suegro, quien a sus 83 años, sigue creando verdaderas obras de arte....



Disfruten de un dulcisimo fin de semana, si es posible en Málaga, visítenla y descubran su historia, sus valles, sus sierras, la luz, el sol, su alegría, su riquisima y amplia gastronomía...y la mar, siempre el mar.

TARTAR DE ATUN ROJO

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Desde prácticamente toda la costa malagueña, en ésos días limpios y claros que nos regala los vientos de poniente y de “terrá”, con total nitidez podemos divisar perfectamente bien en el horizonte, algunos montes de la Cordillera del Rif(en África) y el Estrecho de Gibraltar. 

Y aunque parezca increíble, el escarpado Jebel Tarik, monte Tarik, como denominaron los árabes al Peñón de Gibraltar está a “un tiro de piedra” desde la costa malagueña.

Durante el segundo milenio antes de Cristo, los antiguos fenicios comenzaron a desplegar un activo comercio en las costas del Mediterráneo oriental. 

Unos siglos más tarde, sus barcos cargados de mercancías de muy diversas procedencias surcaban las aguas de toda la cuenca mediterránea y más allá del estrecho de Gibraltar.
Zona Fenicia, pintada de color naranja:


Los fenicios fueron el primero de los pueblos colonizadores históricos de la Peninsula Ibérica. 

De hecho los restos arqueológicos más antiguos descubiertos hasta la actualidad proceden de Malaka (Málaga) y Gadir(Cádiz).

Malaka, Gadir nombres de origen fenicio que como muchas otras palabras, costumbres y en definitiva cultura, hemos heredado de los llamados transportistas de la Antigüedad. Fenicia no era un país más bien una forma de ser y de hacer, que en gran medida quedaron enraizadas en nuesta cultura, en los origenes de gaditanos y malagueños.....

Los fenicios quedaron anclados en nuestra tierra….y en ella, en la cultura fenicia está el origen de la pesca, en sus barcos, en sus aparejos…..entre ellos la almadraba, la pesca del atún, cuyo origen se atribuye a los fenicios. 

De “la almadraba” ya en el asentamiento romano de Baelo Claudia, en la actual playa gaditana de Bolonia, hay vestigios de su antiguo aprovechamiento sobre todo en salazones, que se remonta a 3.000 años de antigüedad.


Cada año, al comenzar la primavera y hasta finalizar el verano, tiene lugar en las costas andaluzas uno de los mayores espectáculos que la naturaleza nos puede ofrecer.

El atún rojo gigante pasa el invierno alimentándose en las frías aguas del Atlántico Norte para, al llegar el mes de Marzo, emprender una espectacular migración de más de 2.500 millas rumbo a las cálidas aguas del Mediterráneo para reproducirse.

En grupos de cientos y miles, pasan por el filero (intercambio de aguas del Atlántico al Mediterráneo), en el mismísimo Estrecho de Gibraltar, se aproximan a las costas gaditanas aprovechando las fuertes corrientes marinas del Estrecho hasta alcanzar su destino.

Durante este viaje no comen, son puro instinto, y no se detienen ante nada...

Este hecho fue conocido por fenicios, siendo los romanos los que establecieron la mayor industria atunera de la época en la zona: Baelo Claudia.



¿Sabían que grupos de orcas hacen acto de presencia en la zona, muy cerca de costa, para dar caza y alimentarse de estos gigantes del mar?

En su camino de vuelta hacie el Atlántico, al finalizar el verano y con una imperiosa necesidad de alimentarse debido al esfuerzo reproductivo, el atún vuelve a enfrentarse a sus dos únicos y temidos depredadores: el hombre y la orca.

No sólo se pescan en unos días mediante almadrabas (principalmente en Conil, Barbate, Tarifa, Zahara de los Atunes y otras zonas limitrofes....) hay otras artes pesqueras utilizadas: el palangre e incluso el curricán….

Del atún rojo, el ibérico del mar, se aprovecha todo, su troceo necesita manos expertas y éste hecho se denomina “ronqueo”, es complicado por la gran dimensión del animal, pero hay auténticos especialista en los Gadir (Cádiz) y Malaka (Málaga)….y concretamente quien me deja admirada cada vez que veo la pericia y la maestría en el arte de “ronqueo”, es a Salvador….en su puesto del malagueño Mercado de Huelin. 



Es allí donde lo compro, donde desde primera hora de la mañana Salvador despieza un día un atún, otro día un hermosísimo pez espada….

Por cierto, en nuestros mercados encontramos diferentes tipo de atún y es que no todas las especies de la familia de los túnidos son igualmente apreciadas desde el punto de vista gastronómico.

Los más cotizados son el atún rojo y el atún blanco o bonito del norte.

El atún rojo es protagonista de la cocina japonesa y el que se captura en la almadraba gaditana, un arte de pesca milenaria y materia prima de la mojama.
El atún rojo, como su nombre indica tiene una carne rojiza y llega a pesar más de 200 kilos y medir hasta tres metros.  Se considera el 'pata negra el mar'por ser de máxima calidad y de total aprovechamiento

Atún claro. Se llama así a diversas especies de atún de calidad inferior al atún rojo. Es lo que capturan los atuneros congeladores que faenan generalmente en el Indico

El bonito del Norte, se pesca en aguas del golfo de Vizcaya en verano y es mucho más pequeño, aproximadamente un metro de longitud, con grandes aletas laterales, que por cierto también lo encontramos en el Mediterráneo, donde le llamamos Bonito a secas. Se puede confundir con el denominado Rabil, de carne menos delicada.

Con atún del malagueño mercado de Huelin, de Salvador…en ésta ocasión, al ver la calidad no me pude resistir y lo preparé al más puro estilo japonés: simplemente crudo.



Una deliciosa manera de comer atún fresco y disfrutar de cada minuto….¡¡ Les animo a ello, se sorprenderá de su textura, de su sabor…..!!
 
¿Cómo lo hice?

Ingredientes:
Atún fresco, cebolleta, sal,  salsa de soja, una yema de huevo y pasta de wasabi (se encuentra en cualquier supermercado o tienda oriental especializada).

Los pasos que sigo:

Cortar el atún en dados pequeños (las partes más oscura de la carne la dejo para otra receta, así cortados en trocitos pequeños, que publicaré en breve).    La forma o la textura al gusto de cada comensal, yo lo he cortado en pequeñas porciones, no picado del todo.

Cortar la cebolleta (o cebolla dulce fresca) en juliana, muy finita y dejarla en un cuenco con agua durante unos minutos para quitarle el sabor más fuerte.

Emplatar el tartar, colocar la cebolla y una yema de huevo encima, salar al gusto (teniendo en cuenta que va aderezado con salsa de soja y ésta es salada), regar con salsa de soja al gusto y servir con un poco de wasabi al lado.

¡¡ Buen provecho !!


Disfruten del Sur, de su sol, de su luz, de su alegría….del mar, siempre la mar….en Gadir y en Malaka….

 

CONCHA FINA CON GELATINA DE COCTEL MARGARITA

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Haciendo uso de aquella vieja canción, para ésta cocina “virtual” que decía:


Si yo tuviera una escoba, si yo tuviera una escoba
Si yo tuviera una escoba, si yo tuviera una escoba
Cuantas cosas barrería……. Primero, lo que haría yo primero


Lo primero que haría, sin lugar a dudas es volver atrás, pero con la experiencia que me ha ido dando los años en la blogosfera y haber puesto el nombre a todas las fotos que he ido realizando….ya que muchas, muchas de ellas se han ido haciendo famosas por “la nube”, la han ido usando, sin que citen su procedencia: mi blog, Mi cocina.  


Con la escoba “barrería” quizás, algunos textos, la introducción y quizás la forma de explicar las recetas…..


Y una de ellas, sin lugar a dudas es la entrada de éste delicioso molusco, tan consumido en mi tierra, tradicional comerlo en crudo: la concha fina.




No le puse el nombre a la foto y qué mal expliqué como limpiarla….Conchas finas crudas (enlace pinchando aqui)



Aunque también me gusta prepararla a la plancha(AQUI encuentran la receta) (con un majaillo, kétchup y mostaza). 


Quizás, también “barrería”…. mi pesadez en las redes sociales con el hastag de #envidiacocina  (perdí la cuenta….) compartiendo muchas, muchísimas fotos de mis platos con la ilusión de ganar un concurso promovido por el Diario Sur de Málaga.




Ahí salió una de mis fotos, el objetifo: compartiendo foto de nuestros platos favoritos poder conseguir una cena para dos personas en el Restaurante del gran cocinero malagueño Jose Carlos Garcia, ubicado en Muelle Uno, del Puerto malagueño, con una estrella Michelín. 

¡¡ No lo conseguí por cierto !!


Quienes me conocen personal e incluso “virtualmente” saben que nunca suelo concursar (salvo contadisimas ocasiones)….. en alguna ocasión lo he hecho por compromiso y en las menos por la ilusión como no, de ganar….como en ésta que he indicado.


Tengo que reconocer que pusé quizás, demasiado énfasis a la hora de concursar, de poder conocer personalmente a éste malagueño que lleva a gala nuestra gastronomía y ver su cocina….y por supuesto degustar sus recetas.     


Aún, al día de hoy no he podido ir….no he podido disfrutar de su cocina, en su nuevo restaurante, como hacía con la de su padre, en la década de los 80 y 90, cuando por motivos profesionales, debía y quería invitar y asombrar a los más importantes clientes o proveedores de la empresa en la que trabajé durante tantísimos años: El restaurante Café de París. 

Un gran restaurante,  que forma parte de la  historia de la alta gastronomía malagueña y de mis recuerdos. (Nunca olvidaré, no sólo su calidad, la elegancia y aquellas vajillas de diferentes formas y colores, se quedó marcada en mi memoria aquel plato azul y dorado.....) 



José García Cortés, el padre, un genial coci­ne­ro al que pa­ra navegar en solitario se aventuró a cambiar las dos primeras estrellas Michelin que había conseguido con La Hacienda de Marbella para la costa, por una churrería en Rincón de la Victoria.  Allí, entre los  deliciosos tejeringos y los especiales platos que José le preparaba a los amigos y avisados que sabían de sus pasadas excelencias, siempre con la ayuda de su mujer en la cocina, se crió José Carlos.

Y fue a principio de los años 80 cuando desde la Axarquia malagueña, llegó a Málaga e inauguró el Restaurante Café de Paris, donde trabajó al mismo tiempo que  realizó sus estudios en La Cónsula, ésa cuna de grandes profesionales de la gastronomia malagueña.

Posteriormente llegaron sus pasos a grandes y prestigiosas cocinas como El Celler de Can Roca y Martin Berasategui, para hacerse cargo del Café de Paris.   

De ahí, desde La Malagueta, al Muelle Uno....donde inaugura su nuevo restaurante Jose Carlos Garcia (En éste enlace podrán saber más sobre él).


Fue en el año 2002 cuando en Málaga, no sólo brillaban las estrellas en el cielo y en el reflejo de la mar, en La Malagueta comenzó a brillar rutilante una estrella Michelin en el firmamento de la gastronomía malagueña, la concedida a éste joven cocinero, con una cocina innovadora pero sin olvidarse a las raíces malagueñas.


En el horizonte, desde su restaurante, se recorta la silueta del Castillo de Gibralfaro, de La Alcazaba, La Catedral….y enfrente el mar, la mar.


Esa mar de nuestra Bahía, del Mediterráneo que bajo la confluencia de las aguas atlánticas hace que sus aguas sean ricas en nutrientes y podamos degustar de ésos “pescaitos” que ha hecho famosa a nuestra Costa del Sol y como no su delicioso marisco….como las conchas finas.


Conchas finas que Jose Carlos Garcia preparó in situ en el último evento Food & Wine Festival (En éste enlace hice un pequeño reportaje en mi blog) al que acudí a verle cocinar y  que por cierto, no tuve el “valor” para pedirle una foto…quizás algún día…en su Restaurante JC Garcia, en Muelle Uno…

Mientras, me conformo con seguir su receta (uno de sus 20 bocados de su ya famosa menú) y prepararla en Mi cocina… concha fina con gelatina de margarita, toda una genialidad…..

La Concha fina malagueña,  "Callista Chione", conocida tambien como "Almeja Malagueña" de color pardo rojizo o rosado, también recibe el nombre de "Almeja Cebollera", debido al color, a la forma globosa y al brillo de la concha, que recuerda a la morfología externa de la cebolla.



Como siempre suelo decir, hay que comprar el marisco en sitios de confianza. Para saber si son frescas o no, tiene que costar trabajo abrirlas con el cuchillo, su carne debe ser firme y dura, no estar blanda y babosa. Y por último desechar las que tengan mal olor ya que es señal de que estaba muerta.



¿Cómo lo hice?

Preparar un coctel margarita mezclando una copa pequeña de tequila blanco, media copa de Cointreau y un chorreón de zumo de limón (puse la mitad de la cantidad de Conitreau).

Diluir dos hojas de gelatina en agua durante unos cuatro minutos (siguiendo las instrucciones del fabricante), escurrirla bien y echarla en el coctel, removiendo con unas varillas de forma que no queden grumos.
Pasarla a un recipiente y dejarla enfriar en el frigorífico unos dos o tres horas.


Limpiar las conchas finas:

Tienen que estar frescas, vivas…..és fácil de comprobar, en el propio mercado se aprecia como se abren, sacan la lengua roja (es el músculo que les permite moverse en los fondos marinos).

Dejarlas sumergidas en agua con sal (el agua debe estar salada como el sabor del mar), durante una hora aproximadamente, en ése tiempo soltarán parte de la tierra que pueden traer en su interior y se abrirán o bien se “relajarán” pudiéndoseles abrir con más facilidad.

Enjuagar bien las conchas y abrirlas, con mucho cuidado, con la ayuda de un cuchillo dividiendo las dos partes.


Para limpiarlas quitamos toda la parte verde (algunas veces marrón oscuro, incluso negro) y luego levantar la lengua y quitar la telilla marrón que hay debajo.



Ahora despegar toda la carne pasando el cuchillo por debajo en ambos sentidos.



Comprobar y quitar las piedrecitas (si las tuviese) que suelen críar a la derecha e izquierda del principio de la lengua.



Enjuagar bien bajo el grifo y volverlas a colocar en la concha.



Machacar en un mortero unos cuantos granos de pimienta negra.



En el recipiente donde se vaya a servir, colocar hielo picado, encima poner la concha fina, espolvorear con la pimienta negra y colocar al lado una buena y generosa cucharada de la gelatina de “margarita”……



Disfruten de Málaga, de su luz, de su sol, de su arte, de su cultura, de su rica y deliciosa gastronomía….y no se olviden del mar, siempre la mar..

SOLOMILLO AL WHISKY CON FRUTOS SECOS, CHAMPIÑONES, MANGO Y CILANTRO ACOMPAÑADO DE COUS COUS CON AROMA A CURCUMA

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Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo, pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.

Una vez más, en éste cuaderno de bitácora virtual en el que se ha convertido mi blog, he de hablar de mis viajes, de mis vivencias y recuerdos, aunque sea a fuerza de parecerme al queridísimo personaje televisivo de los años 60, nuestro simpatico y querido personaje, llamado Locomotoro, que en el programa de los Chiripitiflauticos solía decir: “En mis viajes por todo lo largo y ancho de éste mundo……”

Me viene a colación por el Mundial de futbol, que como todo el mundo sabe, comienza ésta semana en Brasil y la selección española, la “roja”, tiene su primer partido en Salvador de Bahia; una zona de Sudamérica que tuve la oportunidad de visitar y conocer en el año 1995.



¿A quién no le gusta viajar? Viajar no sólo nos permite conocer sitios nuevos, lugares maravillosos del mundo y conocer nuevas culturas y una de los detalles que más me fascinan, conocer a personas de otros países, de otros lugares, observar las diferencias que existen en cuanto a la forma de interpretar la vida, lo que nos sucede, como vivimos, siempre influenciados por la cultura que conocemos desde que nacimos.  

Viajar, en gran medida nos permite ver que hay muchas formas de interpretar la vida y muchas maneras de conseguir ésa felicidad que todo ser humano anhela.    Y por supuesto, gastronómicamente hablando, viajar influye en gran medida en los conocimientos y gustos gastronómicos, como ha ido ocurriendo en mi caso, conforme he ido contactando con las cocinas de los paises que he ido visitando a lo largo de mi vida.

Ingredientes, sabores, texturas....algo de cada lugar se ha ido quedando en Mi cocina.



Me fascina el hecho de que todas las personas que he conocido, que he tratado, en cualquier país que he visitado, guardamos muchísimas características en común, algo que nos une a todos, a cada uno de nosotros y es que intentamos vivir cada día procurando ser felices; cada uno a su manera, dependiendo de la circunstancias más o menos duras, como puede o simplemente como nos han enseñado.

Y a pesar de todas las dificultades y dureza de la vida en muchos lugares del mundo, siempre encuentras una sonrisa….

En cualquier viaje verás maravillosos paisajes, hermosas y paradisíacas playas, grandes monumentos, increíbles obras de arte…un bello amanecer o una preciosa puesta de sol, pero nada comparable con la sonrisa de un niño.

Esos niños de cualquier parte del mundo, sin importar de qué mundo son, que gozan de algo que sólo se tiene una vez en la vida, la infancia, la inocencia, la esperanza de la humanidad…..esos niños que me regalaron sus sonrisas y que su recuerdo está imborrable en mi corazón.

En el Estado de Bahia, Brasil, en un pequeño poblado, donde el tiempo parecía que se habia detenido....

En Guiza ( a 17 kmts. del Cairo), Egipto, al pie de las Pirámides…



En Amritsar, en Punjab, al Norte de India, en el Templo Dorado, conocido en la India como Harmandir Sahib, lugar Sagrado para los Sijs…



Por los canales de la parte oeste del rio Chao Phraya, los llamados "klongs". Por estos canales es llamada Bangkok, Thailandia, la "Venecia del Este....




Una dulce sonrisa a la vida, a ésa vida que te saluda cada dia con un precioso amanecer, con la inmensidad del mar,  con una tranquila puesta de sol; una vida que te saluda con el aroma de una flor, con el abrazo de un ser querido, con la sonrisa de un niño o de alquien que pasa a tu lado y aunque no te conozca te sonrie y te saluda al pasar.

Sonríe…no cuesta nada y te da mucho a cambio.

Y sé feliz mientras cocine, sonría….influye en el resultado. Yo lo intento; igual Vds. que me visitan lo notan en el resultado final de cada plato que publico.

Como éste solomillo de cerdo, que preparé con whisky, champiñones, pasas, piñones, almendras y mango....un "popurrí" de sabores y olores de otros pueblos, de otras culturas, como siempre en Mi cocina.



¿Cómo lo hice?

Ingredientes:

Solomillo de cerdo (cortado en medallones finos, rectos, al que posteriormente los aplano dándoles algunos golpes, procurando que estén lo más fino posible), una cebolla blanca dulce, tres dientes de ajo, medio vaso de whisky (uso Irlandés de Malta), una cucharada pequeña de concentrado de carne (uso Bovril), medio mango  champiñones laminados, un puñado de pasas de uva moscatel malagueñas, un puñado de piñones, un buen puñado de almendras, aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño sin filtrar), dos hojas de laurel, una ramita de cilantro, sal y  diez o doce granos de pimienta negra.

Los pasos a seguir:
 
Cortar en trozos pequeños la cebolla y los ajos.

Trocear el mango en cuadraditos.

En una cacerola o sartén echar un buen chorreón de aceite de oliva y sofreír (salando previamente) las cebollas y los ajos durante unos minutos, al cristalizar colocar encima los medallones de solomillo y salar al gusto.

Dejar freir unos diez minutos sin dejar de remover a fin de que se doren por todos lados.

Añadir el whisky y dejarlo evaporar.

Diluir la cucharada del concentrado de carne en un vaso de agua y agregarlo a la cazuela.

Echar las hojas de laurel y la pimienta negra.

Dejar cocinar durante unos quince minutos aproximadamente.

Mientras, poner en remojo en agua caliente las almendras durante unos minutos, escurrirlas y pelarlas.

En una sartén con un chorreoncito de aceite freir las almendras con cuidado de que no se quemen (amargarían), en el último minuto agregar los piñones, remover y sacarlos de la sartén escurriendo el aceite, añadiéndolos en la cacerola junto con la carne.

En otra sartén con un pelín de aceite de oliva dorar los champiñones, retirarlos y dorar los trozos de mango.

Echar los champiñones y los trozos de mango en la cazuela al mismo tiempo que las uvas pasas, removiendo por último todo el conjunto.
Dejarlo unos minutos y apartar del fuego.   

Para acompañar en ésta ocasión he preparado un delicioso cous cous.

Ingredientes: Un vaso de agua, un vaso de cous cous, dos cucharadas de aceite de oliva, sal, una cucharada de cúrcuma.

Para hacerlo he seguido éstos pasos:

En una cacerola, poner la misma cantidad de agua que de cous-cous (suelo usar un vaso) y llevar a ebullición, una vez caliente echar un chorreón de aceite de oliva virgen extra, salar al gusto y echar una cucharada de cúrcuma, remover.
Cuando comience a hervir añadir el cous cous; éste absorverá rápidamente el agua, por lo que se bajará el fuego, remover bien, probando la sémola.
Si aún no la encuentran tierna, añadir un poco más de agua, retirar inmediatamente del fuego y escurrir bien.

Al emplatar la carne con su salsa, colocar al lado el cous cous, espolvorear generosamente con cilantro picado.



Una curiosidad: 

La palabra cúrcuma tiene su origen en la palabra árabe kourkoum (azafrán), ya que ellos creían que la cúrcuma era una variedad del azafrán.
Su sabor es dulzón, con un toque amargo y  algo picante, un sabor que suele confundirse con el del jengibre. Se debe emplear en muy pequeñas cantidades, ya que sino amarga demasiado.

ENSALADA BLANCA Y VERDE CON VINAGRETA DE MANGO

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Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña…..
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento, dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.


Romance Sonámbulo de Federico Garcia Lorca Gran poeta y dramaturgo andaluz…
 

Y el verde en el poema de Lorca, el verde en el campo andaluz, el verde que predomina en Andalucia, incluso en su bandera y ése verde que predomina en Mi cocina….



El verde, cualquier tono para mi cocina, me cautiva, me enamora y me atrae…no concibo ya éste espacio donde paso gran parte de mi vida, sin ésos tonos que me transmite esas sensaciones de aire fresco, de alegría cargada de energía y que a la vez me evoca a la naturaleza.

Un color unido a Andalucia, a su bandera, también llamada y conocida como Arbondaira o Arbonaida.   Y aunque hoy no es el día de Andalucia, si me lo permitén les hablaré de ella.

Hay testimonios de que en la antigüedad los colores más representativos de nuestra tierra eran el rojo y el blanco; estudios basados en los colores que se usaban antaño, como las franjas rojas que decoran la Dama de BazaDama de Baza, 
las túnicas de los Sacerdotes de Hérculeso la alternancia del color blanco y rojo en los arcos de las construcciones romanas, que serían retomadas por los musulmanes para, como por ejemplo los arcos de la Mezquita de Córdoba.

La primera bandera verde que ondeó en el cielo andaluz fue el estandarte de la dinastía Omeya (Siglo VIII) y el primer texto que hace referencia a una bandera verde y blanca fue escrito en verso por un poeta granadino llamado Abu Asbag (Siglo XI); siendo utilizada en Al Andalus y en el reino nazarí granadino.

Aunque el responsable directo de la bandera andaluza, la que aún hoy en día es señera de ésta tierra donde vivo; fue un malagueño, nacido en el precioso pueblo de Casares, Blas Infanteel llamado “Padre de la Patria Andaluza”.

Fue en 1916 cuando fundó y presidió el Centro Andaluz en Sevilla; dos años más tarde propuso recuperar la vieja bandera andalusí, la verde y blanca, creando el escudo andaluz inspirándose en un escudo con Hércules de la ciudad de Cadiz.

Ocurrió en Ronda, donde tuvo lugar la primera asamblea regionalista andaluza.
Verde, el color de los Omeya, el blanco propio del Imperio Almohade, dos épocas de gran esplendor en el territorio actual andaluz; el escudo se inspira en la figura de la fuerza, de un Hércules sujetando a dos leones entre columnas y a cuyos pies reza la leyenda:

Andalucía por sí, para España y la Humanidad.

Soy andaluza, soy española y por supuesto….malagueña; como malagueña es Mi cocina.

Hace varios años…un blog andaluz, que publica recetas de cada provincia y que por desgracia, he perdido el enlace y no recuerdo su nombre, con mi permiso y poniendo el enlace a Mi cocina, publicaba recetas malagueñas de mi blog; me pidieron que preparara una receta con los colores de la bandera andaluza, un día por otro no lo llegué a hacer…y se quedó en mi baúl de los recuerdos.

Hoy, aunque me considero ciudadana del mundo, soy española, malagueña….y andaluza y como su bandera, Mi cocina, es verde…..verde y blanca.

Así salió ésta ensalada, verde y blanca como nuestra bandera, con un toque dorado como el sol que ilumina Andalucia.



¿Cómo la hice?

Ingredientes:

Corazones de cogollos de lechugas, palmitos, puntas de espárragos, aguacates y mango de la Axarquia, zumo de un  limón del Valle del Guadalhorce, vinagre de vino blanco, una ramita de perejil, aceite de oliva virgen extra de Ardales, aceitunas partías “aliñas”…..de aceitunas Roldán (no pueden faltar en ninguna ensalada que preparo)….



Los pasos a seguir:

Preparar la vinagreta de mango:



En el vaso de la batidora echar medio mango, unas hojitas de perejil, el zumo de un limón, sal al gusto, un chorreoncito de vinagre de vino y aceite de oliva virgen extra.
Batir hasta obtener una preparación untuosa.

Cortar los corazones de las lechugas, pelar el aguacate y cortar en trozos, quitar los huesos a las aceitunas y junto con el resto de los ingredientes emplatar decorando al gusto de cada cual….salando y salseando generosamente.

Buen provecho....y a ser posible disfruten de los sabores malagueños. 

ARROZ MELOSO DE JIBIA Y LANGOSTINOS CON ALI OLI NEGRO

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El arroz, como todo el mundo sabe, es la base alimentaria desde hace muchos siglos de parte del mundo; alimento básico sobre todo en las mesas orientales; de hecho, los historiadores afirman que este cereal nativo del Sureste asiático se cultiva desde hace más milenios, existiendo constancia de ello tanto en el oriente de China y en el norte de Tailandia desde 6000 años antes de nuestra era.


Se difundió hacia Occidente, llegó a Persia y Egipto; en el año 300 a.C. el filósofo y botánico griego Teofrasto, cita el “oruzun” como una planta exótica desconocida para los griegos.


Entre los griegos y romanos, el arroz se llegó a considerar como una especia exótica de lujo que se traía desde el Oriente, útil solamente para las personas más ricas de la sociedad, sobre todo a nivel medicinal (ya usaban para los problemas estomacales y digestivos el agua de arroz).


Pero fueron una vez más los árabes, asentados en el Reino de Al Andalus, los responsables de los primeros arrozales en España.


No podemos ni debemos dudar, que la comida, en éste caso la forma de preparar los arroces en nuestro país, sobre todo en la costa mediterránea, es el resultado y la suma de un conocimiento antiguo, heredado de generación en generación y que de hecho puede definir a un pueblo.


En España, tratándose de arroz, el límite es la imaginación. Las posibilidades que ofrece este pequeño grano en la cocina española son casi infinitas, siendo uno de los baluartes más conocidos y reconocidos mundialmente, todo un emblema nacional: la paella.


Plato insigne que toma su nombre del vocablo italiano ‘padelle de torta alta’,  recipiente plano donde se elabora; un plato que se remnota al siglo XVI y tiene su origen en las zonas rurales de Valencia.


La tradicional paella valenciana, era un plato humilde, no suele llevar marisco, ni mezclar carne con marisco, sino que se hace con pollo y conejo, con verduras (judía ancha, ferraura, etc.) y alubia típica (como el garrofó),  y dependiendo de la temporada o el lugar puede que lleve hasta caracoles o incluso alcachofa.


Con el tiempo aparecieron los arroces marineros, así como los mixtos de carnes y frutos de la mar.


No es que yo sea una gran entendida, pero sí que me quedan en el recuerdo las paellas disfrutadas en Valencia; la primera vez en la misma Albufera y no olvido el año: 1978.  Desde entonces viajaba a Valencia casi cada mes, a la oficina que tenía mi empresa justo enfrente del Ayuntamiento, esquina con la Calle Moratín….


Sé que en muchas ocasiones, fuera de la Comunidad Valenciana solemos llamar “paella” a todo aquel arroz se haga como se haga….yo sigo teniendo la costumbre de denominar paella a todo arroz hecho en la paellera, cazuela de arroz a las preparadas en cacerola, siguiendo la tradición o la forma de llamarla de mis mayores.  Sin dejar atrás ni olvidar las influencias y los gustos por los arroces  orientales tan arraigadas en Mi cocina, debido a mis vivencias y viajes.


Ya saben que hay en Mi cocina 65 Recetas de arroces (Pinchando en éste enlace)  


Aunque mis arroces tradicionales, sobre todo de cara a los grandes entendidos no sean puristas…tengo que decir que suelo prepararlos bien caldosos, melosos o secos.


Francamente, los caldosos para mí son aquellas sopas a los que les añado, como suelo decir, un “puñaito” de arroz. 


El arroz seco, es al que suelo llamar “paella” por el recipiente donde lo preparo: una paellera y lógicamente es aquel, en el que el cereal absorbe todo el liquido y no lo remuevo durante su elaboración para que no se libere el almidón y me quede suelto. 


Y el meloso, es el que suelo hacer en una cacerola plana, un intermedio entre el “seco” y los caldosos (no muy caldosos, que conste); de hecho los arroces melosos se tienen que caracterizar por la ausencia de caldo tras su preparación.     
De hecho, para que vaya soltando almidón voy echando el caldo poco a poco y lo remuevo, de forma que queda una textura untuosa, jugosa….melosa.


Dar el punto exacto al arroz es cuestión de experiencia, aunque influye mucho la clase de arroz y la cantidad de agua o caldo que se utilice, bien para hacer uno u otro.  


En el seco, la cantidad debe ser el doble de la medida de arroz, en el meloso hay que añadir una porción más de liquido.    Pero vuelvo a insistir, la cocina es experimentar.


Para la cocina tradicional siempre suelo usar el arroz bomba, para mi es perfecto, tan importante o más que el resto de los ingredientes; es un arroz que absorber el caldo y muy apreciado para las paellas. Aunque sea un poco más caro vale la pena con lo que se gana en calidad.



Lógicamente para los arroces orientales, dependiendo de la receta así uso el especial para sushi, basmati  o thai….



En ésta ocasión preparé un arroz meloso con jibia, langostinos y lo acompañé con un “ali oli negro”, aportándole color y sabor al plato.





¿Cómo lo hice?



Ingredientes para el arroz meloso:



Una jibia troceada y limpia (lo pueden pedir al pescadero), langostinos (la cantidad va en función de los comensales), tres o cuatro dientes de ajo, media cebolla blanca (fresca), aceite de oliva virgen extra, un tomate rallado (sin pepitas ni piel), un sobre de colorante alimentario (suelo usar El Aeroplano), aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño, actualmente uso de Riogordo y de Ardales), sal, agua y arroz tipo bomba.


Ingredientes para el ali oli negro:



Un huevo, aceite de oliva (si encuentran la mayonesa demasiado sabrosa con el aceite de oliva, pueden usar de girasol), dos sobres de tinta de calamar (suele encontrarse en congelados en cualquier gran superficie), un diente de ajo (retirándole el nervio central), un chorreoncito de limón y sal.



Los pasos a seguir:



Pelar los langostinos, reservar la carne y en una cacerolita con un poco de aceite saltearlos hasta que queden dorados y suelten sus jugos las cabezas.


Echar agua, (tres partes de agua por una parte de arroz aproximadamente) y llevar a ebullicion espumerear, dejarlo cocer unos minutos, colarlo bien, salar al gusto, agregar el colorante alimentario y reservar caliente.


Cortar la cebolla y los ajos en trozos muy picaditos.


En una cacerola con un buen chorreon de aceite sofreir la cebolla y los ajos a fuego lento, removiendo y vigilando que no se quemen.


Incorporar los trozos de jibia y los langostinos, rehogándolos durante dos o tres minutos a fuego medio, sin parar de remover.




Añadir el tomate rallado y sofreir durante diez minutos a fuego lento, removiendo continuamente.


Pasado esos minutos, añadir el arroz y rehogar a fuego fuerte un par de minutos.


Ir añadiendo el caldo caliente, reservando al fuego parte del caldo.


Dejarlo cocer a fuego vivo durante diez minutos, en ese momento bajar el fuego e ir añadiendo caldo si lo necesita, dejando cocer unos cinco minutos más, hasta que el arroz esté en su punto (aproximadamente 18 minutos), pero puede variar un poco, por lo que conviene probar el arroz antes.


Retirarlo del fuego y dejarlo reposar, tapada la cacerola, unos minutos antes de servir; eso hace que el arroz al reposar absorba y aumente el sabor.


Mientras reposa preparar la mayonesa negra:


Echar en el vaso de la batidora el huevo, el aceite, el diente de ajo picado, una cucharada de zumo de limón, el contenido de los sobres de la tinta y un pellizquito de sal.


Introducir el brazo de la batidora hasta el fondo y empezar a batir sin mover la batidora.


Cuando empiece a emulsionar mover el brazo de la batidora suavemente hacia arriba y abajo hasta que quede bien homogéneo, si quieren espesar aún más el alioli, ir incorporando aceite de manera paulatina, hasta conseguir la textura deseada.   


Si queda grisácea pueden ir añadiendo tanta tinta como deseen.


Un consejo a tener en cuenta:


La tinta sacada directamente de los cefalópodos (calamar, jibia…), es tóxica para consumir en crudo; la tinta que viene ya en bolsitas envasada, ya está preparada y tratada para su uso doméstico y consumirla directamente, sin cocinarla.   Es importante tenerlo en cuenta a la hora de cocinar.


Emplatar y colocar la tinta según gusto, al lado del arroz…..




Curiosidades:


El arroz proviene de una planta herbácea de la familia de las gramíneas, Oryza sativa. En el mundo existen más de dos mil variedades de arroz.

Es ideal para los celíacos, ya que no contiene gluten.

ARROZ FRITO ESTILO YANGZHOU (ARROZ OCHO TESOROS)

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Antes de viajar a cualquier lugar del mundo, a pesar de haber degustado la gastronomía de cada país, ya fuese el que fuese, he llegado con el paso del tiempo y la experiencia personal a llegar a afirmar que nunca se ha probado la verdadera comida popular o tradicional si no se hace en el lugar de origen.
A ésa conclusión llegué hace muchos, muchos años con la comida China, después de mi primer viaje a Oriente a principio de los años 80.

La comida “china” occidental, la que se suele presentar y preparar en los restaurantes chinos, prácticamente nada tiene que ver con la cocina tradicional de tan exótico y lejano pais; la cocina china es una cocina muy diversa, muy rica, debido a una milenaria tradición que se rige por la búsqueda del equilibrio entre los cinco sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y picante…al que últimamente hay que añadir “umami” y lógicamente por la cantidad tan enorme de ingredientes que suelen utilizar.

Un famoso dicho cantonés dice: “Cualquier cosa que nade, camine, se arrastre o vuele con su espalda hacia el cielo, es comestible”; En China todo lo que anda, nada, corre o vuela va a la cazuela. Y lo que no, también.

Ésta filosofía, unida a la hambruna que azotó China en distintos momentos hicieron frecuente la consumición de una gran variedad de productos que incluso a los más arriesgados paladares echarían para atrás a la hora de consumirlos.

Alimentos que a los ojos de la cultura occidental pueden llegar a parecer extrañas, inusuales e incluso desagradables.  Comer y beber es un placer y cada cultura, desde sus costumbres y tradiciones, adopta alimentos y bebidas que para otras culturas sería impensable pasar por la garganta. Lo que para muchos es un platillo suculento, para otros puede ser una tortura con sólo mirarlo.

Experimentar la gastronomía de éste gran país, en multitud de ocasiones requiere curiosidad, mente abierta y determinación….pudiendo llegar a descubrir alimentos y platos exquisitos propios de tan lejanos lugares….e incluso no tan lejanos, en restaurantes de nuestras propias ciudades o bien, gracias a la blogalización, encontrar ciertos productos en comercios especializados a la vuelta de la esquina de nuestras propias cocinas.  

Aunque ahora es el momento de confesarme públicamente y contar que hay alimentos que, a fuerza de ser quizás “mal educada” a los ojos de mis anfitriones, no he podido llegar a probar: llámense insectos (saltamontes, cucharachas, orugas, gusanos…..) e incluso carnes de algunos animales, que no es cuestión, ni el momento de detallar…..

Sí he tenido el “valor” de comer y he de reconocer que no me desagrada en absoluto, por ejemplo “huevos de los 1000 años”, quizás un verdadero reto, delicioso para mi gusto: Es un huevo de pato, con un complicadísimo proceso de preparación que implica una envoltura de barro, té y otros ingredientes, dando el resultado de un huevo con la clara gris, casi negra y la yema verde y algo gelatinosa, con un sabor intenso y salado.  



Lo puedo comprar en el supermercado oriental al que suelo ir, situado en Torremolinos.

O sopa de cohombro (gusano de mar)… que nuestros queridos amigos Lin y Su, preparan de maravilla… 


Ya os he hablado en multitud de ocasiones de éstos queridos amigos, que aunque en su restaurante en pleno Puerto Deportivo de Benalmádena han adecuado su cocina a los gustos occidentales, también cuando Lin cocina especialmente para nosotros, nos sorprende y nos hace viajar a la auténtica y genuina China.

Ellos tienen una hija preciosa, Ana, una malagueña salerosa….que suele decirme, con todo el acento de Málaga: "Toñi yo soy una China andaluza".

La cocina china es considerada una de las mejores del mundo, poseedora de exquisitos sabores milenarios y sofisticadas elaboraciones contemporáneas; las fusiones culturales y culinarias de hoy en día hacen que la gastronomía china se cree y recree más allá de sus fronteras tradicionales.

Es difícil, conseguir los auténticos sabores orientales, cocinar la genuina cocina china, aunque yo lo intento y en Mi cocina, procuro  disfrutar y aprender cada día, eso sí lo que consigo es una cocina “china-malagueña”…. Como Ana, la malagueña, la andaluza de ojos rasgados y sonrisa eterna, la hija de nuestros amigos.

En ésta ocasión, aunque igual no es la receta original, he preparado un arroz frito al estilo Yangzhou 


El arroz frito con huevos revueltos se puede encontrar practicamente en casi todos los restaurantes chinos que solían ser llamados “arroz de oro quebrado”.
El famoso arroz frito de Yangzhou utiliza esta receta que tiene varios siglos de antigüedad; dicen que éste plato fue creado por Yi Bingshou (1755-1818) un ex magistrado en la ciudad de Yangzhou, provincia de Jiangsu.
El huevo es revuelto por separado antes de mezclarlo con el arroz frito conocido como “plata cubierta por oro” o pueden ser preparados al mismo tiempo para ser llamado”oro cubierto en plata”.
A los que se le añade, cerdo, jamón, langostinos, verduras y otros ingredientes…..por ello en Mi cocina, le llamamos arroz ”ocho tesoros”….  

¿Cómo lo hice?

Cortar en trozos pequeños los filetes de cerdo.

Cocer el arroz tipo “thai” siguiendo las instrucciones del fabricante (unos diez minutos) en agua con un pelín de sal.  Escurrir, enfriarlo bajo el grifo y reservar.

En otro recipiente cocer los guisantes cuidando de que no se hagan demasiado, escurrir y reservar igualmente.

En un cuenco echar dos cucharadas soperas de vino blanco, una cucharada sopera de aceite de sésamo, una pizca de sal y otra de azúcar, mezclar bien y echar los trozos de carne, removiendo y dejándolos macerar.

Mientras, pelar los langostinos y reservar la carne en un cuenco con un poco de sal y un pelín de azúcar.

Mientras, en una cacerola echar un poco de aceite de girasol y rehogar las cabezas y la piel de los langostinos, hasta que estén dorados, machacándolas bien a fin de que suelten toda la sustancia.

Añadir medio vaso de agua y dejar hervir durante unos cinco minutos, apartar del fuego, colar el caldo y reservar.

En una sartén con un poco de aceite de oliva hacer una tortilla “liá” (como la llamamos en Málaga)..vamos una tortilla francesa o sencillamente revolviendo uno o dos huevos con un poco de sal.   Una vez hecha la tortilla trocearla en pequeñas porciones.

Picar en trozos pequeños un diente de ajo, un trozo pequeño de jengibre fresco,  una cebolleta pequeña.

Cortar en trozos pequeños una zanahoria.

En un wok echar un poco de aceite de sésamo y sofreir durante un minuto los trozos de cerdo bien escurridos, que se haga un poco, sacarlos y reservarlos

En el mismo recipienta, si es necesario echar un poco más de aceite sofreir a fuego medio el ajo, el jengibre y la cebolleta picadita durante unos minutos, agregar la zanahoria y los langostinos rehogándolos hasta que éstos cambien de color.

Echar unas dos o tres cucharadas soperas de salsa de soja y el caldo donde se maceró la carne de cerdo, removiendo bien dejando que se evapore el alcohol.

Añadir el arroz, los guisantes y el caldo de las cabezas, remover bien cuidando de que el arroz quede bien suelto.

Al emplatar agregar el huevo revuelto y jamón cocido cortado en trozos pequeños…..


menzclándolo con el resto de los ingredientes, removiendo bien todo el conjunto y servir el arroz frito al estilo Yangzhou…..

¡¡ Buen provecho !!

¡¡ MORAS, MORITAS, MORAS !!

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Ahora, a mis 59 años, camino ya de los 60, cuando los veranos son ya tan distintos, cuando aquella casa familiar, la de mis abuelos, el “El Paso a Nivel” se perdió en el tiempo y “mi casa”, aunque aún sigue en pie, en el mismo sitio, en el mismo enclave, ya no es la que era y la calle, terriza, ensombrecida por las sombras de los grandes eucaliptos, y amenizada por el pasar del tren, cuya parada en la estancia anhelaban las vecinas para recoger de sus entrañas el agua caliente con cubos de estaño, como hacía mi madre...y a los pocos años, cambiado el antiguo y entrañable tren de vapor por la moderna “cochinita” de los paleños.


Hoy, cuando los que estaban conmigo en aquellos años, en mis seis o siete primaveras, mis mayores, hace ya mucho tiempo que me faltan; hoy que no logro recordar las caras, ni los nombres de mis compañeros de juegos infantiles; hoy que incluso mis propios primos y también mi hermano ya todos mayores y adultos andamos por los diferentes caminos que nos indica la vida, gracias a mis suegros, me ha venido a la memoria detalles imborrables de mi vida.

El poder evocador de un sabor, me ha traido a la memoria aquellos días y me he visto niña, con toda la vida por delante, con aquella goma negra del interior de la rueda del autobús que conducía mi padre que usábamos como  “flotador” y que llevábamos entre todos hasta el mismo rebalaje; me he vuelto a ver con mi bañador rojo de buyones y faldita yendo para la playa y he apretado la mano, como entonces, para que no se caiga de mi mano la “perra gorda” para comprar las moras.    

¡¡ Moras, moritas, moraaaaaasssss !!


Pregonaba aquel vendedor ambulante del Palo, con su canastillo de caña trenzada colgado del brazo, con su sombrero de paño negro y su camisa blanca, los pantalones “remangaos” y sus alpargatas de esparto…en la mano las verdes hojas de higuera ensartadas en una caña….

Una moneda a cambio de una hoja de higuera, que servía de plato” con unas cuantas moras, las dulces y ricas moras.

Hoy, me traslado a mi niñez, sentada en los chinorros, en la misma orilla, acariciada por la espuma de las olas, encajes blancos de volantes de un mar azul intenso, mirando al horizonte, viendo las barcas navegar, escucho las risas y los gritos de los niños que se bañan en la mar, a mi alrededor algún que otro marengo remendando las redes, aspiro el olor de las brasas, de la leña quemada, de los espetos de sardinas “asás” en la puerta de Casa Pedro…




y yo, mientras  saboreo las negras moras.

Y me siento parte de un pasado que no volverá, de una generación que en gran medida debemos intentar fijar nuestros recuerdos, legarlos como testimonios de costumbres populares, quizás en mi caso, cargados de emociones que llegan al umbral de la nostalgia por la pérdida de una parte de mi vida, probablemente idealizada: mi infancia.  

Sabores y placeres asociados a lo que comíamos de niños….llenos de sentimiento.    Y que mis suegros no dejan que se me olviden….ellos son los que siempre me regalan éstos maravillosos momentos…..   
  
Como los "chumbos"…¡¡¡ gordooooo y reondoooooo  !!! 


O los "madroños" madroños ensartados en caña…. 



O la ácida aceróla otoñal……



¿Y quién no recuerda por las calles del Palo?  Los “coquis”….¡¡¡¡ al ricoooooo coqui !!! Aquel merengue rosa en un cucurucho de galleta…..

¿Y el Pirulí?....un caramelo puntiagudo de color rosa fuerte, ensartado en un rudo palo envuelto y anudado en papel transparente….. 

Sabores de la niñez...que van quedando en el pasado..... y que me resisto olvidar, dejándo en Mi cocina, aunque sea éste recuerdo, éstas moras virtuales.




Aunque popularmente se conoce como mora, en realidad la palabra mora designaría a una familia de frutas comestibles pertenecientes a diferentes especies, una mora es una fruta o baya que puede proceder de especies vegetales totalmente diferentes. 

He llegado a leer que existen hasta dos mil variedades de zarzas debido a su gran facilidad para hibridarse, por lo que podemos encontrar zarzamoras con distintos matices de sabor….pero les aseguro que éstas, las que me han traido mis suegros, son las auténticas, las genuinas moras de mi niñez, las moras del Palo…..

Aquellas mismas moras que seguramente vendía por las calles paleñas, el “Niño de las Moras”; insigne y famoso "cantaor" malagueño.
Figura emblemática de la Historia del flamenco en Málaga.

Aquel niño que pregonaba :

“ Asomarse a los balcones, mujeres guapas y hermosas, y veréis vender las moras, moras, mauritas, las moras, y al moral me voy, del moral me vengo, al amo las compro, por las calles las vendo, moras, mauritas, las moras ”.

" El Niño de las Moras", Juan Ternero Mingorance, nació en el Palo (año 1886), en la misma época que mis abuelos maternos y como casi todos los niños de aquél entonces, trabajaba tirando de la traya en las barcas de pesca



él a sus pocos años, compaginaba el trabajo de la mar vendiendo moras y con un don, con el cante,  por lo que vendía las moras por el Palo, pregonando... cantando.

Sus primeros cantes, pegado al mar; con diez años, le escucharon cantar un grupo de aficionados flamencos en un merendero de la playa.  Un cantaor dotado de una exquisita voz, sobresaliendo en los cantes de mi tierra…como “las malagueñas” y en el cante “paleño”: jabegotes……

La barriada de el Palo le erigió un monumento a su personalidad cantaora en la ahora llamada Plaza del Niño de las Moras, mirando al lugar donde antaño estaba la fuente, aquella fuente donde mi madre llenaba los cántaros de agua, al final de mi calle La Bara

frente al Paso a Nivel de mis abuelos paternos, a sólo unos metros de la playa, del rebalaje y de las jabegas…. 

Hoy, como en mi niñez….me las como absolutamente todas, con avidez, como si se me fuese la vida en ello, como si fuese la última vez…..hoy no hay receta en mi blog, en Mi cocina sólo recuerdos.


Buen fin de semana y recuerden mi consejo: si pueden disfruten en Málaga, de su sol, sus valles, sus paisajes, sus montes, su historia, su cultura, su gastronomía.....Y del mar, siempre la mar.... 

LUBINA (O ROBALO) EN ADOBO AL ESTILO DE DANI GARCIA

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Hay un tema en Mi cocina virtual que me tiene hecha un “lio”….

Cuando decimos “lio” nos referimos a tener un enredo o confusión en la mente, una falta de claridad para discernir o no saber qué camino tomar; y así me encuentro yo después de cinco años y pocos meses en cuanto a la denominación de las entradas relativas a las recetas malagueñas, típicas o tradicionales.

Cuando comencé a publicar Mi cocina, lo que intentaba era dejar escritas las recetas o los platos de las “costumbres gastronómicas” de mis mayores y quizás tuve el “desacierto” o ¿acierto? De denominar ésas entradas “recetas típicas malagueñas”.

¿Qué es típico, qué es tradicional…? ¡¡ Ese es mi gran dilema hoy por hoy !! 

¿Hice bien en nominar a los platos, las recetas malagueñas aunque sean más actuales en cuanto a forma o presentación,  que igual no son consideradas “típicas” o incluso por la forma de cocinar de mis mayores no son consideradas como tales por quienes visitan mi blog?....

Y ya es dificilísimo cambiar el “apartado” que hay en Mi cocina, de recetas malagueñas y que en su momento llamé “recetas típicas malagueñas”.

Así que me pongo a pensar e intentar dilucidar éste “lio” que igual no es tal….   

Tipico proviene del latin “typicus” y éste del griegoτυπικός que viene a significar: característico o representativo de un grupo, país, región, incluso época…

En cambio, la palabra tradicional que también llega a nuestro idioma del latín, de hecho deriva detraditio, traditionis, sustantivo procedente del verbo tradere cuyo significado es transmitir, entregar, pasar; formado con el prefijo trans- (a través, más allá de) a partir del verbo dare (dar).
En nuestro idioma se le añade el sufijo -al (relativo o perteneciente a).
Así se puede decir que el concepto de este vocablo es lo relativo o perteneciente a lo que se transmite a través de una generación a otra a través del tiempo.

Así, que aclarado más o menos que queda el tema y llego a la conclusión de que lo tengo bien indicado: es “típica” porque en gran medida representa la forma de cocinar de un grupo: mi familia; una región un lugar: mi tierra, mi Málaga; aunque también debería haber añadido “tradicional” porque en definitiva me llegó la forma de cocinar, los productos, los sabores y olores de mis mayores e intento y procuro con Mi cocina, trasmitir ésos conocimientos a través de éstos caminos virtuales y que dure en el tiempo.

Y una vez más, todo un clásico malagueño, el pescado adobado, tal y como lo hacían los marengos, desde hace milenios quizás…..presentado de tal forma que no se me hubiese ocurrido nunca: una genialidad más de un gran cocinero, al que admiro y del que aprendo cada día, el magnifico chef malagueño: Dani Garcia.



Ví que presentaba así el “pescaito” adobado, guardando la “raspa” y haciendo disfrutar de lo que personalmente considero un manjar, la cabeza del pescado.  Lo hace en su restaurante "BIBO" en Puente Romano (Marbella) 

Una forma de freir el pescado “tradicional” , muy “típico” en Málaga…aunque con una original idea en cuanto a como presentarlo, una genialidad más Dani…. Así que no tengo más qué decir: ¡¡ Va por Vd. Maestro !!

Así, que a partir de hoy, se acabó mi "lio" en Mi cocina virtual...hay
más una, la de hoy una deliciosa lubina (o robalo) en adobo al estilo de Dani Garcia...409.


¿Cómo lo hice?

Ante todo con una buena materia prima.... entre sargo, dorada, una lubina (o robalo)


Aunque generalmente el pescadero puede y suele hacerlo si tiene tiempo o personal cualificado para ayudarle, si llega la lubina o el robalo a su cocina tal cual…

les indico como prepararla:

Quitarles las escamas con un cuchillo o el borde de unas tijeras, sujetando firmemente la cabeza y raspar las escamas desde la cola hacia las branquias, enjuaguar bien bajo el grifo.

Cortar con unas tijeras todas las aletas.

Con unas tijeras abrir el vientre de la lubina cortando desde la parte de debajo de la cabeza, justo debajo de las branquias hasta el ano, dividiendo los lomos del pescado y sacando todas las vísceras, enjuagándolo y limpiándolo nuevamente bajo el grifo, quitando los restos de sangre.

Con un cuchillo bien afilado ayudándose de la mano libre, aguantando el pez por la cabeza, sobre la mesa de trabajo, sacar el primer lomo cortando a ras de la parte superior de la espina, llevando el cuchillo desde la parte de la cabeza hasta la cola presionando con la mano hacia abajo el lomo conforme va bajando el cuchillo.

Para sacar la otra mitad, dar la vuelta poner la espina hacia abajo y repetir el paso anterior.

Quedará la cabeza, la espina central y la cola….reservar.

Eliminar las espinas restantes de cada  lomo con el cuchillo y sacaremos las que queden con unas pinzas.

Pasar el cuchillo con cuidado entre la carne y la piel de cada lomo, lo más pegado a la piel posible, retirando y desechando la piel de la lubina.

Procedemos de forma similar con el otro lado.

Separar cada lomo por el centro, para retirar otra zona de espinas, cortando a lo largo, a ambos lados de esa zona, una vez eliminadas todas las espinas, cortar en trozos pequeños.

En un cuenco echar un vaso de vinagre de vino blanco, una cuchara sopera de orégano, dos o tres dientes de ajo cortados en trozos pequeños, una cucharada de pimien0to molido (pimentón dulce), una hoja de laurel y un poquito de sal e introducir los trozos de lubina, dejándolos macerar una hora aproximadamente ( no necesita más tiempo al ser los trozos pequeños).


Pasado éste tiempo, escurrir bien los trozos de lubina (suelo ponerlos en un colador), retirando con cuidado los ajos...(estos trozos son más grandes porque son trozos de rosada, he incluido la foto para que puedan apreciar como queda el pescado en el adobo).

Mientras, salar la cabeza y la espina de la lubina, enharinarla con harina de trigo y freírla (aconsejo en la freidora) con el aceite muy caliente, hasta que esté doradita.

Reservarla sobre papel de cocina y a continuación, salar al gusto los trozos de lubina y enharinarlos, pasándolos por el cedazo a fin de retirar el exceso de harina.

Freirlos en abundante aceite muy caliente (aconsejo una vez más la freidora) hasta que estén doraditos. 

Servir, colocando la cabeza y la espina en el centro del plato, sobre la “raspa” los trozos de lubina y espolvorear con orégano y pimentón.



Acompañar con ensalada, regando con aceite de oliva virgen extra….

¿No van a disfrutar de Málaga?....¿Se lo van perder?.....

ENCUENTRO CON EL CHEF RAJU (RESTAURANTE ´RAJU´S INDIAN CITY DE BENALMADENA)

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India, la mágica y misteriosa India, el país de los templos milenarios, de los colores, de las mil religiones, de los saris, de inciensos, de olores y sabores, nunca me dejará indiferente.

Mi pasión por India, ya lo he contado en múltiples ocasiones, comenzó en el año 1971, cuando comencé a trabajar con hindúes, una relación que duró profesionalmente 31 años de mi vida y que al día de hoy, aún perdura ésa relación personal, casi familiar y afectiva hacia mis antiguos jefes, compañeros y amigos, a quienes les guardo un cariño, entrañable y muy especial.

India me enamoró desde el primer momento….pero me cautivó cuando viajé a tan increíble país; fue entonces cuando cambió mi percepción de la vida en muchos aspectos, sobre todo en cuanto a filosofía y religión, fueron días intensos, emotivos, instructivos y muy interesantes; momentos imborrables, inolvidables, hechos, lugares, días vividos de una manera tan intensa, tan lejos de todo lo que conoces, quieras que no, dejan huella en el espíritu y en el corazón.

India es un país inmenso, lleno de colores, de olores, sabores, de sensaciones, un país de imágenes y de grandes contrastes, un país de masas, de pobreza, miserias y grandes riquezas, pero también de rostros, de gestos, de sonrisas, de espiritualidad; un país donde viajas al pasado, un pasado que convive con el presente, una experiencia única e inolvidable.  


Una tierra con un encanto especial, con un patrimonio rico y antiguo, mágico y con una gastronomía milenaria, considerada una de las cocinas más exquisitas del mundo, enriquecida a lo largo de los siglos. 

Su mezcla de especias y salsas hacen que la cocina hindú sea una de las más características, por sus sabores únicos e irrepetibles, llena de color y aromas, con un exotismo fascinante.  

Los condimentos y las especias son parte fundamental de esta gastronomía, dominada por el azafrán, el comino, el clavo, el cardamomo, el jengibre, el curry o el masala.

Todo ello mezclado con arroces basmati, carnes sobre todo cordero, y pollo, pescados y mariscos, legumbres como las lentejas (daal) o garbanzos, acompañado por ésa deliciosa bebida “nacional” el lassi, un peculiar yogur que puede ser dulce o salado.



Rica en aperitivos donde el más popular de India, originario del norte del país, cerca del Himalaya, las samosas. 
Una exquisitez, las samosas de cordero que prepara Raju...¡¡ Cuando saqué la foto, ya casi me la habia comido, aderezada con salsa de tamarindo....y la cerveza hindú: Cobra !!  


Pero si hay algo tremendamente exquisito en este tipo de gastronomía es su delicioso pan, más conocido como  naan: hechas a veces con ajo, queso, frutos secos o al natural, este pan, elaborado en el tradicional horno indio y conocido como tandoor, no sólo acompaña a la comida sino que "hace las veces" de cubierto, pues en la cocina india, generalmente la comida se lleva a la boca conducida por este tradicional pan.

Sin olvidar el delicioso chapati, una especie de fina torta, crujiente, cocida al horno en una placa redonda sobre el fuego. 


Y el té, el delicioso té hindú….

Tantísimos años “conviviendo” con su idiosincrasia, es lógico y normal que me sienta identificada con la cultura hindú, aunque he de reconocer que la parte gastronómica que más he consumido en todos estos años sea la vegetariana, ya que por filosóficos y religiosos era la que consumían mis amigos y compañeros.  

Aunque, siempre he intentado hacer mis “pinitos” en Mi cocina aventurándome en la cocina hindú…..

Pero nada mejor que conocerla y disfrutarla de la mano de un auténtico cocinero hindú, un un magnifico chef ubicado desde hace más de quince años en la Costa del Sol, concretamente en Benalmadena.

Hace unos días, a pesar de que está ubicado en una zona por la que suelo pasar con mucha, muchísima frecuencia desde hace más de treinta años, no había visitado anteriormente, he descubierto que puedo volver a India, sin salir de Málaga.


Recetas ancestrales y exquisitas especialidades, salen de sus fogones y de su horno tandoor (un horno cilíndrico calentado con carbón vegetal), platos llenos de colorido, tradición, sabor y calidad.



Nada más entrar en el restaurante, nada más poner un pie en él, embriaga el olor a especias, a curry, a azafrán, a pimienta y a clavo….con una atractiva decoración repleta de detalles procedentes y propia de la enigmática India; se configura como un pequeño oasis, un trozo de tan maravilloso país en plena Costa del Sol malagueña, dedicado a su espectacular gastronomía.  



Un ambiente cálido y acogedor, atendido con profesionalidad y amabilidad, con una variada carta, deliciosos platos que a mí personalmente me sorprendieron muy gratamente, con una relación calidad-precio magnifica. 



Francamente, les animo a disfrutar de una nueva experiencia gastronómica, descubrir India, la cocina hindú de la mano de un gran chef, Raju…..

¿Se lo van a perder?....Mi consejo:

Disfruten de Málaga, de sus paisajes, de su gente, de su historia, de su cultura, del mar….y si pueden, no dejen de ir a Benalmadena, a Puerto Marina (una de las marinas más bellas del mundo) y allí, a escasos metros: Un trozo de India, Restaurante Indian City, situado en:
Av Antonio Machado, 54, 29630 Benalmádena Costa, Málaga


CHICKEN TIKKA MASALA (POLLO EN SALSA DE TOMATES Y ALMENDRAS CON GARAM MASALA)

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A pesar de las críticas en multitud de ocasiones con toda la razón del mundo ya que parece que la humanidad en los últimos tiempos sólo vive por y para internet, hay que reconocer que los caminos virtuales de las nuevas tecnologías, usados con moderación y en su justa medida, tiene mucho, muchísimo de bueno…..

No sólo informarnos, comunicarnos y compartir conocimientos, también encontrarte y reencontrarte con personas afines o alejadas por las distancias.

La comodidad, la rapidez y la facilidad a la hora de contactar con los demás, de descubrir nuevos mundos es infinita…..yo así lo creo.

He tenido y tengo la suerte de conocer a personas maravillosas y afines a mi forma de ser y de pensar, “amigos” virtuales que igual nunca se cruzaran en mi vida de forma real, pero a las que aprecio y agradezco a la “tecnología” el que las haya puesto en mi camino. 

Una de ellas, es malagueña, culta, elegante….su nombre es Tania Segura; nos une no solamente la pasión por nuestra tierra, sino ante todo por la mar, la música, el cine, la cultura en general y por la historia sobre todo de un país especialmente: Egypto….


seguidora de mi blog y siempre con una palabra amable y comentarios como éste, que realmente me emocionan: 

Que bien Toñi a mi hijo le encanta la cocina india..... Por cierto tu bloq es una maravilla, felicidades amiga mia, es todo un tratado de conocimientos muy interesantes, recetas estupendas y todo ello envuelto en una literatura amena y llena de sensibilidad con la que, a mi por lo menos, nos dejas boquiabiertos con tus dotes como escritora.

Es un bloq distinto a todos los demas por el que da gusto pasearse.

Gracias por todos los conocimientos y curiosidades que nos aportas cada dia. Un beso enorme.

Es por ella, por la que he adelantado la publicación de ésta receta, a las otras que esperan pacientemente ver la luz en Mi cocina y que por un motivo u otro van quedando relegadas en la lista de pendientes. 

Es a Tania, a quien le dedico la entrada de hoy en Mi cocina…con los sabores de Oriente, con el aprecio y el cariño de una amistad, aunque “virtual” real y sentida.

Hoy no voy a hablar de mi pasión por la cultura hindú….de ello ya dejo constancia en cada una de las 21 recetas- entradas de “Cocina hindú” de mi blog; sino que con la receta les cuento un poco sobre una mezcla de especias que es quién le aporta el sabor y el nombre a éste plato: “garam masala”.  

El garam masala (गरम मसाला en hindi) es una mezcla de especias muy empleada en la cocina india, el significado de garam masala, viene a decir 'mezcla de especias'; por lo tanto, ante todo hay que indicar que no es una especia, sino una mezcla de condimentos aromáticos y como toda mezcla, no existe una única receta para prepararlo, sino tantas como quienes las preparan; varían de pueblo en pueblo e incluso de familia en familia.

Ahora sí, todos los “masala” se preparan del mismo modo: tostándolos y triturándolos, utilizándose las especias que se consiguen o del gusto de las personas de la zona donde los preparan, aunque la mezcla más tradicional emplea: canela, clavo, nuez moscada, pimienta negra, semillas verdes de cardamomo, canela, hojas de laurel, comino, sésamo, polvo de jengibre, semillas de mostaza…..¿se me olvida alguna?

Es similar, relativamente conocido, aunque menos fino. a lo que en occidente conocemos como curry   (llamamos “curry” al polvo amarillo de sabor fuerte y a veces picante), sólo que no es de color amarillo porque no lleva cúrcuma entre sus ingredientes.

El garam masala sirve para condimentar multitud de platos, ya sean vegetarianos o de carnes…para mi es esencial y vital en las famosas “samosas”.

Existe la tradición en India, de que cuando dos familias se unen por medio del matrimonio de los hijos, suelen compartir su propia receta de Garam Masala con el fin de crear una nueva receta para que sirva como representación de la unión de las familias y símbolo del nuevo matrimonio.

¿Saben que ésta mezcla de especias es originaria del Norte de la India?   Allí estuvimos mi marido y yo, en la parte norte del Pais: Delhi, Acra, Amritsar, Beas....



Una gran persona, querido, seguido y admirado en todo el mundo, a Quien  en mi familia, respetamos y queremos de una manera especial, desde hace muchos años.    Él nos invitó a visitarle, nos llevó a conocer uno de los países más fascinantes que existe y fue uno de los viajes más impresionantes e inovolvidables que hemos realizado en nuestra vida.

Así, la pasión por India marca mi vida, en ella están guardados mis recuerdos, no sólo en la memoria y en el corazón…..

Les invito a degustar y descubrir sus sabores, con éste delicioso plato; la receta no es la genuina, igual no es la forma correcta y autentica de prepararla, no lo sé, no he mirado en ningún libro, no la he buscado en internet….la probé en el Restaurante RAJU´S INDIAN CITY  en Benalmadena y quizás cuando su Chef lea la entrada me corrija, pero les puedo asegurar que he intentado seguir sus pasos, procurando basándome en mi memoria gustativa prepararla y francamente el resultado es satisfactorio: está deliciosa…..


¿Cómo lo hice?

Ingredientes para dos personas:
Dos pechugas de pollo troceada, dos o tres tomates rallados (sin piel, ni semilla), diez almendras, cinco o seis granos de pimienta negra, cinco o seis clavos (especia), dos cucharadas soperas de garam masala (la cantidad a gusto del consumidor, personalmente me gusta especiada.  Suelo comprarla en una pequeña tienda ubicada en Torremolinos, de mi buen amigo y antiguo compañero Mohan, se puede encontrar en tiendas especializadas), sal, aceite (he usado de oliva), nata (especial para cocinar, ligera).

Los pasos a seguir:

Pelar las almendras,  sumergiéndolas en agua y llevándolas a ebullición durante unos minutos, sacándolas  y retirándoles la piel.

En un recipiente (lo preparo en una cacerola) echar un chorreóncito de aceite y freir los trozos de pollo junto con las almendras, la pimienta negra y los clavos, salando al gusto.

Cuando estén doraditos retirar, reservar el pollo junto con el clavo y las pimientas.

Retirar las almendras y machacarlas en un mortero y mezclar con el garam masala.
En el mismo aceite freir el tomate durante unos minutos, agregando el pollo removiendo bien todo el conjunto.

Añadir unas diez cucharadas soperas de nata, mezclar y llevar a ebullición, añadiendo la mezcla de almendra y garam masala, removiendo a fin de que quede todo los ingredientes bien mezclados.
 (La manera correcta de usar esta mezcla de especias es agregándola a un guiso cuando estamos casi por terminar la cocción, los aromas y sabores no se diluyan por completo al momento de servir).

Rectificar la salsa añadiendo más nata hasta conseguir la consistencia deseada.

Emplatar y “adornar” con un chorreoncito de nata.



Aconsejo acompañar con arroz basmati….aunque he de confesar que en ésta ocasión lo hice con una buena “sartená” de patatas fritas.

¡¡ Disfruten de los sabores de India….de la vida, de la amistad….!!
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